El escritor y exsenador nacional Daniel Baum presentó su nuevo libro “La base china en Neuquén, ¿en la ruta de la seda?”, una investigación que busca arrojar luz sobre uno de los temas más controvertidos de la política exterior argentina de los últimos años: la instalación de una base espacial china en el sur del país.
El autor sostiene que la base fue construida “en medio de irregularidades políticas y administrativas”, y subraya que su aprobación en el Congreso “llegó dos años después de haberse terminado la obra”. Según Baum, “el Congreso que tenía Cristina Kirchner en su segundo mandato funcionaba como una escribanía del Poder Ejecutivo Nacional”, y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) “tuvo un papel muy triste desde el momento en que se decidió la instalación”.
Baum explica que la decisión de autorizar la base respondió a una coyuntura de “debilidad económica y aislamiento internacional” del gobierno argentino de aquel momento, lo que derivó en una concesión “a la estrategia de Xi Jinping”. “Lamentablemente, esta subordinación a los intereses chinos tuvo como consecuencia la construcción de una base sobre la cual la Argentina no puede ejercer ningún tipo de control”, señaló.
El exlegislador advirtió que el acuerdo “establece expresamente que no puede hacerse ningún control sobre las actividades dentro de las 200 hectáreas que ocupa la estación”. Además, aclaró que si bien en el lugar “no hay soldados ni armas, en esta era del espacio y del ciberespacio no se necesita armamento para espiar”. Baum recordó que tanto la OEA como la OTAN han reconocido el ciberespacio como un nuevo escenario de conflicto, lo que vuelve más relevante la presencia de esta base en el país.
Su libro también profundiza en otros aspectos de la relación sino-argentina, como la pesca ilegal en el Atlántico Sur y la construcción de las represas del río Santa Cruz, donde los bancos chinos “aportaron 4.000 millones de dólares, más el aporte efectuado por nuestro país lo invertido llega casi al 50 % del costo presupuestado, pero lo efectivamente ejecutado solo alcanza al 20% en una de las represas y al 42% de la otra, esto informado por las mismas empresas”.
Para Baum, la instalación en Neuquén forma parte de un “largo y silencioso avance de China en Latinoamérica”. En esa línea, citó un titular del New York Times que ilustraba la expansión de Pekín en la región con una foto de la base argentina. “Es un enclave que compromete nuestra soberanía tecnológica y territorial. Argentina pone su nombre, pero no tiene control sobre lo que allí sucede”, concluyó.
El libro “La base china en Neuquén, ¿en la ruta de la seda?”, publicado por Editorial Dunken, será presentado el próximo 3 de diciembre en el CARI (Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales). Según su autor, el objetivo es “abrir un debate serio sobre el rol de nuestro país en el tablero geopolítico global y la necesidad de recuperar una política exterior soberana”.
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