Una sinagoga de San Pablo recibió una nueva Torá, pero no es una Torá cualquiera: es una de las apenas ocho manuscritas por mujeres en todo el mundo, y la primera en la región.
Formada en San Pablo y con estudios en Buenos Aires y Jerusalén, Rachel Reichhardt es la primera mujer de América Latina acreditada para escribir rollos de la Torá, el texto sagrado del judaísmo.
Su recorrido, que une arte, disciplina y espiritualidad, acaba de alcanzar un nuevo hito: la entrega a una sinagoga del primer ejemplar de la Torá escrito íntegramente por una mujer brasileña.
En lo que la popular revista Veja describió como un “evento inédito”, la Comunidade Shalom, de San Pablo, recibió a principios de noviembre de este año los históricos rollos manuscritos por Rachel.
Se estima que en todo el mundo existen apenas treintaicinco ejemplares preparados con la colaboración de mujeres, pero solamente ocho fueron totalmente elaborados por manos femeninas, incluyendo esta en Brasil.
La ceremonia en la Comunidade Shalom, fundada en los años ’70, de orientación igualitaria e inclusiva y una feligresía de más de 500 familias, marcó la finalización de un proyecto que tomó varios años de preparación.
«Donde otros ven límites, Shalom ve posibilidades. Con esta Torá, escribimos más que palabras sagradas, escribimos un gesto de reparación, de inclusión y de esperanza para las próximas generaciones», le dijo a Veja el rabino de Shalom, Adrián Gottfried.
La publicación brasileña recordó que el oficio de sofer stam, el escriba que recibe entrenamiento para reproducir a mano los textos sagrados, viene siendo ejercida solamente por varones desde hace siglos.
Pero se trata, añadió, de una regla que está «cambiando en las últimas décadas» con la aparición de dieciocho mujeres habilitadas para «la solitaria actividad de concentración y dedicación para escribir, usando una pluma de pato o ganso y tinta especial» los cinco primeros libros de la Biblia hebrea.
Rachel es licenciada en Comunicación Visual por la FAAP de San Pablo y está acreditada como soferet stam por el Seminario Rabínico Latinoamericano de Buenos Aires. También estudió caligrafía judía en el Instituto Pardes, de Jerusalén, donde escribió su primer rollo, el de Ester.
Según recuerdan desde el gigante sudamericano, la experta trabajó durante quince años en la Congregación Judía de Brasil, junto al rabino Nilton Bonder, «impartiendo clases de judaísmo y coordinando un grupo de estudio para mujeres». En Shalom, coordina el departamento de educación juvenil e impartiendo cursos de Torá para adultos.
Una colaboración de sofrot
Una de las etapas clave de la formación de Rachel tiene que ver con un programa completado en el 2010 por la comunidad reconstruccionista Kadima de Seattle, en Estados Unidos, llamado Women’s Torah Project (Proyecto Torá de Mujeres), una colaboración de escribas femeninas (sofrot) para preparar un ejemplar del libro sagrado.
Reichhardt fue parte de ese proyecto (estuvo a cargo del libro del Éxodo) y habló de su trabajo con el portal Times of Israel en el 2017. Escribir a mano con plumas, tinta y pergamino es «un trabajo muy, muy antiguo», destacó.
Es un trabajo intenso y comprometido: «cuando escribo cada letra, tengo que tener la intención de escribir cada letra», enfatizó la brasileña. Y no solo eso: “cuando escribo, tengo que pronunciar cada palabra en voz alta, comprender el significado del texto”.
Además, existe la fuerte presión del temor a equivocarse. “Estoy trabajando con un texto sagrado. Si me equivoco, cometo un error sagrado… Si te equivocas, tienes que enterrar el pergamino y empezar de nuevo”, describió en aquella oportunidad.
Ahora, cuando la Comunidade Shalom recibió “su” Torá, Rachel escribió en Instagram que “un sueño que solo existe en sueños es solamente un sueño”.
Por eso, “gracias por soñar juntos y hacer realidad esta primera Torá escrita por mujeres en América Latina”, y que “esta realidad sea, en efecto, la de la primera Torá, y no la única”, completó esta pionera latinoamericana.
