El politólogo Facundo Londero, integrante de Suban Córdoba, analizó los resultados del informe “Juventud, divino tesoro”, realizado junto a la Universidad Nacional de Villa María, y aseguró que lejos de la percepción de apatía, “la juventud no ha perdido interés por la política, sino por las instituciones tradicionales”. El estudio revela que solo un 28% de los jóvenes declara desinterés, pero sí muestran una marcada desconfianza hacia partidos, sindicatos y medios de comunicación.
Londero detalló que la pérdida de credibilidad en estructuras históricas convive con una clara valoración hacia ciertos actores: “La universidad es de las pocas instituciones con diferencial positivo, y el presidente ha logrado interpelar a un segmento juvenil que lleva diez años viviendo crisis económicas y sociales sin ver mejoras materiales”. Esta frustración acumulada habría impulsado una búsqueda de alternativas fuera del progresismo tradicional.
El informe detecta una contradicción central en la nueva generación política: apoyo a ideas de libertad individual y mercado, pero expectativa de un rol activo del Estado. “Las juventudes son contradictorias: demandan meritocracia e individualismo, pero ven al Estado como necesario en salud, educación, empleo y vivienda”, explicó Londero. Para el politólogo, esta dualidad se vincula tanto a la falta de experiencia adulta como a una década marcada por la imposibilidad de acceder a vivienda, empleo estable o bienes básicos.
Otro hallazgo relevante es el cambio en los modos de comunicación y participación: “Hoy la política no se transmite por un solo canal. La microsegmentación a través de influencers y streamers es decisiva; cada segmento joven tiene códigos propios y eso los partidos tradicionales no lo logran ver”. En este terreno, aseguró, el oficialismo supo moverse con ventaja: “El Gobierno logró interpelar esos nichos y llenar un vacío discursivo que otros dejaron abierto”.
Pese a que el 50% de los jóvenes considera que su situación económica empeoró, el 65% sostiene que el presidente cumple lo prometido. Para Londero, esto marca un voto sostenido en expectativas y largo plazo. “Más allá de que estén mal, sienten que este es el camino correcto”, afirmó. Entre las principales preocupaciones del sector aparecen la economía (27%), el empleo (20%) y la educación (18%).
El estudio también revela que la violencia política es un tema sensible para casi el 80% de los jóvenes, especialmente en redes sociales, que hoy funcionan como su principal espacio de discusión pública.
Londero concluyó que la clave para interpretar el voto juvenil es comprender su desconexión con las viejas estructuras: “Los jóvenes ya no votan partidos, votan personas. El carisma y la sensación que transmite un candidato pesan más que las identidades políticas tradicionales”. Según el politólogo, esta tendencia se repetirá en los próximos ciclos electorales, donde los menores de 35 años representarán más del 36% del padrón.
