A dos años del secuestro de dos de sus hijos por parte de Hamás, Itzik Horn reconstruyó en una conversación íntima los momentos de mayor angustia, las contradicciones institucionales y la soledad en la que quedaron muchas familias durante la crisis. Su testimonio combina el peso emocional de la incertidumbre con una crítica directa al funcionamiento estatal en un contexto extremo.
Horn recuerda que los primeros días estuvieron marcados por el desconcierto y la desesperación. “Estuve dos días tirado en la cama llorando, golpeándome la cabeza contra la pared”, relata, aludiendo al impacto inicial antes de recibir cualquier información oficial. En un comienzo, la comunicación fue confusa: “Desaparecidos significa que no sabemos si están vivos o muertos… es una puñalada”, explica sobre el mensaje que recibió del Estado antes de que se confirmara que sus hijos estaban en manos de Hamás.
El entrevistado también reconoció que, en paralelo a la tragedia familiar y mientras atravesaba problemas de salud graves, debió enfrentar advertencias por parte de funcionarios. “No hace falta que te diga quién me amenazó… es obvio”, afirmó al describir llamadas en las que le pedían no criticar al gobierno en medio de las negociaciones. Según Horn, otros familiares de secuestrados vivieron situaciones similares.
A pesar de la ausencia que percibió del aparato estatal, el gesto social fue determinante. “La solidaridad de la gente fue impensable”, señala, destacando la respuesta ciudadana frente a la inacción gubernamental. Sobre la liberación de sus hijos, fue contundente: “Mis hijos se liberaron únicamente gracias a Donald Trump”.
Hoy, ya con sus hijos de regreso, Horn sostiene que el trauma sigue abierto y que el país aún no encontró una forma de contener a quienes atravesaron el secuestro. “Esto no es el país al que vine a vivir ni el país en el que eduqué a mis hijos”, lamenta, al tiempo que advierte que el clima social se vio profundamente afectado por divisiones políticas que dificultan avanzar hacia una reconstrucción emocional colectiva.
Escuche la entrevista completa.
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