La República Islámica denuncia un complot para eliminar al líder supremo y acusa a sus enemigos regionales y occidentales de buscar un quiebre interno en un momento de alta tensión geopolítica.
Una denuncia que eleva la tensión en Oriente Medio
El gobierno iraní afirmó que sus servicios de inteligencia desbarataron un intento coordinado de Israel y Estados Unidos para atacar al ayatolá Alí Jamenei. Según Teherán, la operación tenía como objetivo generar un vacío de poder que desestabilizara al país y abriera un nuevo frente de crisis en la región.
Teherán sostiene que el complot buscaba un “shock interno”
Las autoridades iraníes explicaron que el presunto plan contemplaba un ataque directo contra el líder supremo, figura central del sistema político y religioso del país. La eliminación de Jamenei —según la versión oficial— habría sido utilizada para incentivar protestas, fragmentar a las élites del régimen y forzar un reacomodamiento político que favoreciera los intereses de Washington y Tel Aviv.
Teherán calificó la operación como “terrorismo de Estado” e insistió en que la acción formaba parte de una estrategia más amplia para debilitar a Irán en el contexto de los conflictos regionales, desde Gaza hasta el Golfo Pérsico.
Israel y Estados Unidos niegan la acusación
Tanto Washington como Tel Aviv rechazaron la denuncia, calificándola de “propaganda” destinada a desviar la atención de los problemas internos del país. Voceros estadounidenses remarcaron que no existe ningún plan de ese tipo y que las declaraciones de Irán buscan justificar nuevas acciones de seguridad interna.
Un contexto explosivo
La acusación surge en un momento de extrema sensibilidad regional:
- La guerra en Gaza mantiene en alerta a todos los actores del Medio Oriente.
- Hezbollah y otros aliados iraníes han intensificado sus acciones en las fronteras.
- Estados Unidos refuerza su presencia militar en la región.
En este escenario, cualquier denuncia de atentado contra el líder supremo se convierte en un elemento que puede modificar el equilibrio de fuerzas y justificar respuestas más duras por parte de Teherán.
Impacto interno: cohesión o presión
Para los analistas, la acusación puede tener un doble efecto. Por un lado, consolidar a la élite política y militar alrededor de Jamenei ante un enemigo externo. Por otro, aumentar la presión sobre la población iraní con nuevas medidas de vigilancia y control.
Aunque aún no se han presentado pruebas independientes que confirmen el supuesto complot, el anuncio ya generó repercusiones diplomáticas y alimenta la narrativa de confrontación que domina la política regional.
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