Por Carmit Valensi
Hace exactamente un año, el 27 de noviembre de 2024, organizaciones rebeldes afiliadas a la sala de operaciones central en la zona de Idlib, en el noroeste de Siria, lanzaron una amplia ofensiva sorpresiva contra el régimen sirio.
La organización Hayat Tahrir al Sham (HTS) logró derrocar al régimen de Assad menos de dos semanas después.
Cinco reflexiones sobre Siria en la era post-Assad y sobre la postura de Israel:
1. El próximo mes, el Gobierno de Transición encabezado por Ahmed al Sharaa cumplirá un año desde su establecimiento. Durante este año, el Gobierno logró rehabilitar las relaciones exteriores del país y obtener el reconocimiento y la legitimidad de los estados de la región y de la comunidad internacional, liderada por Estados Unidos, lo que abrió un nuevo e histórico capítulo en las relaciones bilaterales.
2. Por el contrario, en el ámbito nacional, al Sharaa lucha por afrontar diversos desafíos derivados principalmente de la frágil situación inicial de Siria, que heredó tras más de una década de guerra civil. Estos incluyen la violencia contra las minorías, impulsada en parte por un sentimiento de venganza popular latente entre los sunitas; un proceso de negociación vacilante para integrar a las minorías en el Estado; la actividad del Estado Islámico [ISIS]; y más.
3. A pesar de las dudas justificadas sobre las intenciones y la capacidad de al Sharaa para transformar Siria en un Estado estable, seguro e inclusivo, la alternativa —Siria sin un régimen central que goce de apoyo regional e internacional— significaría caos, fragmentación y la caída hacia una guerra civil a gran escala.
4. Por lo tanto, una política proactiva y el establecimiento de vínculos con el Gobierno sirio son principios importantes que permitirán a Israel ejercer influencia y guiar al nuevo régimen hacia la adopción de un comportamiento deseable y positivo, a la vez que reducen el papel de saboteadores extremistas como Irán.
5. Israel debe tomar decisiones valientes, gestionar los riesgos y traducir sus logros militares en ganancias políticas. Ahora existe la oportunidad de un acuerdo de seguridad que permitirá la calma en la frontera y abrirá un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales y en la región en su conjunto. Si Siria no cumple el acuerdo, Israel siempre puede recurrir al enfoque militar, en el que ya ha demostrado su excelencia.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies
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