El periodista e investigador Marcelo García, uno de los mayores especialistas en la presencia nazi en Sudamérica, sostuvo que la reciente difusión de documentos sobre Josef Mengele no revela nada que no estuviera ya registrado en los archivos oficiales. Según explicó, la documentación liberada por el gobierno —incluyendo informes del Ministerio del Interior, la Policía y recortes de prensa— “era de acceso conocido para quienes la investigábamos; simplemente ahora se puede consultar públicamente”.
García detalló que Mengele ingresó a la Argentina en 1949 a través de un sistema de escape organizado que involucró al Vaticano, la Cruz Roja y la estructura diplomática del primer peronismo. “Entró con un pasaporte italiano fraguado…La red para los nazis armada por Eva Perón y obviamente Juan Domingo Perón”, señaló, y recordó que la misma permitió el arribo de numerosos jerarcas del nazismo mediante rutas que partían desde Génova.
El investigador enfatizó que, pese a su rol criminal en Auschwitz, Mengele no era inicialmente un fugitivo reconocido ni buscado internacionalmente: “No era un personaje notorio públicamente; no había sido juzgado ni siquiera en ausencia”. Su nombre comenzó a circular recién después de los juicios a los médicos nazis, lo que precipitó su huida de Europa.
En la Argentina, el médico de las SS llevó una vida más acomodada que otros prófugos. “Llegó con dinero, con una buena posición económica”, explicó García, quien aseguró que esa situación facilitó su protección y sus movimientos. A mediados de los años 50, Mengele incluso recuperó su nombre real al presentarse en la Embajada Alemana: “La Policía Federal le extiende la cédula de identidad argentina con su verdadero nombre, Josef Mengele”. Para entonces, ya participaba del paquete accionario de laboratorios locales como Fadro Farm y Wander.
García confirmó que el Mossad y el Centro Simon Wiesenthal investigaron su presencia en el país tras la muerte en Bariloche de Nora Eldot, una agente israelí, caso que Garcia documentó: “Son decenas y decenas de páginas sobre esa investigación… fue lo que activó la búsqueda de Mengele”. Sin embargo, la red de protección política y social que había operado desde el primer peronismo continuó durante distintos gobiernos, incluso posteriores al golpe de 1955.
“Todo esto era conocido; vivía con su nombre verdadero y muchos miraron para otro lado”, sintetizó García, quien adelanta que aún quedan capítulos por explorar, incluidos los relacionados con las teorías sobre la posible presencia de Hitler en la región.
*Marcelo García es generador de contenidos de 26 Historia en Canal 26 de Argentina, y autor de “La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler” (Sudamericana, 2017); y “Perón y la raza argentina” (Ediciones B, 2019).
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