El reconocido demógrafo Sergio Della Pérgola, una de las voces más autorizadas para analizar las tendencias poblacionales israelíes, reflexionó sobre el clima social, político y migratorio que atraviesa el país tras dos años de guerra. En diálogo con Radio Jai, sostuvo que la situación actual es “muy difícil”, pero pidió observarla con perspectiva histórica y comparativa.
“El Estado de Israel vive ya dos años un periodo muy difícil de su historia”, señaló, mencionando el conflicto, los desplazamientos internos y las tensiones económicas. Sin embargo, destacó que “la economía israelí, en una medida sorprendente, continúa su desarrollo”, incluso por encima de varios países occidentales.
Consultado por el reciente estudio del Instituto para la Democracia de Israel, que muestra que uno de cada cuatro israelíes piensa en emigrar, el especialista pidió cautela: “Hay una profunda diferencia entre decir ‘podría considerar irme’ y realmente emigrar”. Agregó que si bien 2024–2025 mostrarán un balance migratorio negativo, esto ocurrió solo “cuatro veces en cien años”.
Della Pergola insistió en evitar lecturas dramáticas: “Sugiero examinar Israel fuera del marco ideológico y verlo como un país normal, en un mundo globalizado”. A nivel comparativo, subrayó que hay países como Suiza, Bélgica o Irlanda con tasas proporcionales de emigración incluso más altas.
También abordó diferencias internas. Sobre los jóvenes seculares, más proclives a buscar oportunidades afuera, explicó: “La llave es socioeconómica: quienes tienen más formación tienen más capacidad de empleo internacional”. En cambio, entre los árabes israelíes, si bien existe intención declarada de emigrar, “en la práctica, su salida es muy baja”.
Respecto a las nuevas olas inmigratorias, especialmente desde Rusia, destacó factores como el temor al reclutamiento militar: “Muchos jóvenes no quieren ser enlistados en la Armada rusa”. Pero también advirtió sobre los llamados darkonistim, quienes obtienen ciudadanía israelí para luego trasladarse a terceros países: “No es un fenómeno nuevo, ya se vivió antes”.
Para ilustrar las contradicciones migratorias del pueblo judío, compartió una anécdota reciente: “En un aeropuerto, un israelí que llega a Francia y un francés judío que va rumbo a Israel se miran y hacen el mismo gesto: ‘están locos’”. Un símbolo, dijo, de las tensiones, desafíos y paradojas que atraviesan a Israel y a la diáspora.
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