“Multiplicaré tu descendencia como las estrellas de los cielos; a tu descendencia daré todas estas tierras, y por tu descendencia se bendecirá a todos los pueblos de la tierra”.
Génesis (Toledot) 26-4
Las palabras de la Torá.
Junto a sus promesas que destellan eternidad, son un bálsamo para el judío en particular, y para el colectivo hebreo en general.
Siendo que, pretenden ahogarnos en un extenso océano de antisemitismo maquillado de anti- sionismo.
¿Sus promotores?
La izquierda en tenebrosa alianza con el islamismo radical. Y también acompañados con viejos elementos de la derecha antisemita residual
Los pueblos de la tierra.
Que desarrollen lazos diplomáticos y culturales amistosos con Israel, serán bendecidos no solo con progreso económico, sino y también, con sociedades más sanas, y con menos odio y resentimiento.
Una atmósfera menos tóxica, y un lenguaje menos violento internamente y obviamente con mayores posibilidades de desarrollo en todos los ámbitos y niveles.
Dime con quién andas…
Y no solo te diré quién eres, también te diré como te irá.
Hoy, países como Venezuela se han convertido en países de emigración. Al pactar con Irán y adoptar posturas contra Israel, sellaron un pacto con un desastre nacional en progreso.
Venezuela es solo un ejemplo, por el contrario, países como Polonia, Hungría y El Salvador ven como sus sociedades no se degeneran. Y en ciertos aspectos progresan. Estos países en general tienen una línea política amigable con Israel.
Mucho podríamos hablar en este bloque. Ejemplos históricos del pasado o de un presente más cercano. Pero todos cumplen con la regla bíblica casi sin excepción.
La intifada mundial.
La yihad de los medios y las movilizaciones de pertoflautas, junto a terroristas hombres y mujeres del Hamás, pretenden y en buena medida lo logran, que es arruinar la imagen de Israel ante el mundo. Ellos copian en gran medida la metodología nazi.
De ahí el término islamo-nazismo.
La elección de las naciones.
Y de sus gobiernos de turno, decidirán ellas mismas cual sendero de política y de desarrollo social y hasta económico desean tomar.
La bendición está ahí, y no solo depende de Israel y los judíos.
Solo basta ver y comparar modelos. Como viven y se desarrollan los países que apoyan al Estado de Israel y a los israelitas, versus aquellos que se oponen obstinadamente a su existencia y se ligan a los belicosos y estropeadores seriales palestinos y sus acólitos.
Final: me despido aquí, de mis lectores, afectuosamente deseándoles buena semana a todos ustedes.
Con muchas berajót o bendiciones.
Dr. Natalio Daitch
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