Los miserables

Hace 11 meses, Irlanda presentó oficialmente su solicitud para intervenir en el procedimiento iniciado por Sudáfrica contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia con la acusación de genocidio que rápidamente adoptó la izquierda mundial para generar un mayor aumento en el crecimiento del antisemitismo. Irlanda dio un paso más en la presentación ante la Corte pidiéndole a este organismo que amplíe su interpretación de lo que constituye la comisión de genocidio, porque una lectura “muy estrecha” puede favorecer una cultura de la impunidad. Días después de conocer esta noticia, el Ministerio de Exteriores de Israel anunció el cierre de su embajada en Dublín y acusó a Irlanda de “haber cruzado todas las líneas rojas en su relación con Israel”. En realidad, Irlanda no sólo entró en sociedad con dictaduras y extremistas que se juntaron ante la Corte, sino que dio un paso consciente de que desde el gobierno se estaba alentando al antisemitismo.

Hace una semana, lo que se previó en ese momento tuvo otra instancia, que, aunque hoy ha quedado en el freezer (congelada, pero en conservación) no hace sino ratificar la política no sólo exterior de Irlanda sino también su política interior respecto a la comunidad judía. El gobierno local de Dublín hizo una propuesta para modificar la denominación del parque Chaim Herzog por Parque de Palestina, Parque de Gaza o Max Levitas. La discusión ha cobrado notoriedad internacional después de que el presidente de Israel, Isaac Herzog, manifestara públicamente sus preocupaciones respecto al retiro del nombre de su padre, Chaim Herzog, expresando que “sería vergonzoso y lamentable” eliminar el reconocimiento al ex presidente de Israel entre 1983 y 1993. Isaac Herzog, destacó que su padre fue hijo del rabino jefe de Irlanda, Yitzhak HaLevi Herzog, lo que refuerza el carácter simbólico de la designación y su vínculo con la historia judía irlandesa. A juicio del actual presidente, la iniciativa del Ayuntamiento de Dublín profundiza el deterioro de las relaciones diplomáticas entre Irlanda e Israel.

Helen McEntee, ministra de Asuntos Exteriores de Irlanda, se pronunció en contra de remover el nombre de Herzog, destacando la importancia del homenaje a un ciudadano irlandés y judío relevante para la identidad nacional. McEntee, solicitó al Ayuntamiento que considere separar el respeto a la memoria de figuras históricas del debate sobre las actuales políticas estatales del Gobierno israelí. O sea, así como te digo una cosa, te digo la otra. Dentro de las alternativas de denominación propuestas y que ya hemos mencionado, los nombres de Parque de Palestina y Parque de Gaza, que aluden directamente a la política internacional irlandesa actual, se comentan solos. La otra opción de Parque de Max Levitas sería un homenaje a una figura judía oriunda de Dublín reconocida por su activismo comunista, quien falleció en 2018. El Ayuntamiento de Dublín no anda con vueltas. Pero el gobierno irlandés, aunque no piense distinto sopesa las deterioradas relaciones bilaterales.

Desde el cierre de la embajada de Israel en Irlanda, pasando por un intercambio constante de acusaciones en foros internacionales y redes sociales, hasta la repercusión social del debate sobre la memoria y el espacio público, la situación trasciende el cambio de nombre de un parque para convertirse en símbolo del actual estado de las relaciones entre Irlanda e Israel. Que son pésimas, y para ello, Irlanda no escatima esfuerzo alguno. Asociado a los Boric y Petro de América Latina, a los Sánchez de Europa, el primer ministro Martin se ha unido a toda iniciativa contra Israel de los últimos dos años, sea donde fuere, pero ahora frenó al Ayuntamiento con el cambio de nombre de un parque, porque eso sería crear “resentimiento”. No se precisa agregar adjetivos.

Hace dos días, la exjefa de la diplomacia de la Unión Europea, la demócrata italiana Federica Mogherini, fue detenida en Bélgica como parte de una investigación sobre un presunto fraude en el uso de fondos europeos. Mogherini desempeñó el cargo de jefe de la diplomacia europea de 2014 a 2019, y dirige actualmente el Colegio de Europa en Brujas, una institución que forma a numerosos funcionarios europeos. La investigación busca esclarecer las sospechas de favoritismo en la adjudicación a este centro de un programa de formación por parte del servicio diplomático de la UE, del que ella fue jefa. Los delitos imputados son potencialmente “fraude en la adjudicación de contratos públicos, corrupción, conflicto de intereses y violación del secreto profesional”.

Mogherini tiene una trayectoria dentro del progresismo italiano y de formaciones de la izquierda histórica. Fue una de las ministras de Asuntos Exteriores más jóvenes de Italia y ha participado activamente en temas relacionados con Irán, Libia, la migración y la crisis ucraniana. Justamente dirigió en nombre de la UE las negociaciones sobre el programa nuclear de Irán. Allí tuvo severos enfrentamientos con Trump en su primera presidencia, ya que Mogherini creía en el tratado firmado con los Ayatolas. La historia ha demostrado ya qué es Irán y qué confiable puede ser firmar con esa dictadura un tratado o un memorándum de entendimiento. Con los Ayatolas no hay camino del medio, o se comprende quienes son y entonces no hay tratados que valgan o se es cómplice por acción o por omisión.

Hace 48 horas también, Israel recibió de manos de la Cruz Roja, lo que las noticias calificaron de “hallazgos inespecíficos” que presuntamente podrán ser de uno de los dos secuestrados asesinados por Hamas y que aún no fueron devueltos, aunque eso debió suceder hace dos meses. Quedan un soldado israelí y un ciudadano tailandés por entregar. Hamas hizo publicidad que entregó los restos mortales de una persona y la Cruz Roja no pudo mentir tanto y habló de “pedazos, restos”. No es la primera vez que las devoluciones de secuestrados han sido restos, pedazos y hallazgos. La Cruz Roja se escuda que no debe hacer comentario de algo tan escabroso y repulsivo. Ayer, la Cruz Roja entregó otro féretro y lo llamó restos mortales.

Lo que fuera, demorará 2 días para ser identificado, si eso es posible.
Pero ¿quién puede esperar algo de la Cruz Roja en 2025? La Cruz Roja que fue capaz de reportar que Auschwitz no era un campo de exterminio; la Cruz Roja que entregó documentos para que Eichmann, Mengele y Barbie pudieran llegar a América del Sur; la Cruz Roja que no dijo nada del 7 de octubre y que nunca entregó medicamentos a los 251 secuestrados por Hamas y le mintió en la cara a sus familiares. ¿Quién ha dicho algo sobre el hecho del descuartizamiento de los secuestrados por Hamas y que los entierros en Israel se hacen sobre la base del recuerdo, la memoria, el dolor y algunos restos? Pero de eso no habla porque de lo contrario lo que votó el Consejo de Seguridad como si fuera un plan a futuro para recomponer el mapa del Medio Oriente, puede estar en peligro. ¿Hezbollah armado y flameando sus banderas en la caravana que acompañó esta semana al Papa en el Líbano no es un peligro? ¿La negativa de Hamas de entregar sus armas sabiendo que no se las van a quitar no es un peligro? La presión insoportable contra el gobierno de Israel para que abrace al presidente sirio porque ahora no es del ISIS sino un señor con corbata que sigue persiguiendo a los drusos, ¿se considera políticamente viable y normal?
El 4 de agosto de 2020 explotó un almacén portuario en Beirut que tenía una gigantesca reserva de nitrato de amonio. Murieron 245 personas; 7 mil sufrieron heridas; quedaron destruidas 77 mil viviendas; hubo 300 mil desplazados, de los cuales 80 mil eran niños. La justicia nunca se atrevió a dar un fallo porque el almacén era de Hezbollah. Hace muy poco, Hezbollah asesinó a 4 funcionarios portuarios que no habían fallecido y estaban dispuestos a dar testimonio. Ese Hezbollah, que apoya a Hamas y es sostenido por Irán paseó estos días sus símbolos junto al Papa. Pero en Dublín odian que un parque se llame Herzog. Una funcionaria corrupta cree que Irán cumple los tratados. La Cruz Roja aún cómplice de los nazis sigue haciendo daño.

Quizás hagan muchos negocios en Medio Oriente, como siempre. En este contexto que no es capaz ni de mantener un alto al fuego, los sueños y las mentiras tiene poca duración. La multiplicación de fortunas en manos de un puñado de reyes, príncipes, jeques y dictadores es inmutable.