Atenas se arma con 36 lanzamisiles PULS israelíes que apuntan a Turquía

La aprobación por parte del Parlamento griego de la compra de 36 lanzamisiles PULS marca uno de los movimientos militares más significativos de Grecia en las últimas décadas. La inversión, cercana a los 650 millones de euros, forma parte de un ambicioso programa de modernización que busca reforzar la capacidad disuasiva del país frente a un entorno estratégico marcado por tensiones persistentes con Turquía.

Un sistema de largo alcance que altera el cálculo estratégico

El PULS (Precision Universal Launching System), desarrollado por la empresa israelí Elbit Systems, destaca por su versatilidad y capacidad de disparar distintos tipos de cohetes y misiles desde un mismo lanzador. Su alcance máximo, que puede llegar a 300 kilómetros, otorga a Grecia una herramienta capaz de afectar objetivos estratégicos en la costa de Antolia si fuera necesario.

Este sistema complementa otros esfuerzos de modernización -como la incorporación de cazas Dassault Rafale, la actualización de F-16 al estándar Viper y negociaciones por defensas antimisiles de origen israelí- que buscan convertir a Grecia en un actor militar más sólido en el Mediterráneo oriental.

¿“Apuntar” a Turquía? Entre la capacidad y el mensaje político

Aunque Atenas evita expresarlo en términos confrontativos, la realidad geopolítica es clara: la adquisición de los PULS difícilmente tiene otro destinatario estratégico que no sea Turquía. Las tensiones históricas por soberanía marítima, el espacio aéreo y la presencia militar en el Egeo enmarcan esta decisión.

Decir que los PULS “apuntan” a Turquía no implica que hoy estén desplegados con blancos asignados, pero sí que su mera existencia modifica el equilibrio de poder y refuerza la capacidad de respuesta griega ante situaciones de crisis.

El Mediterráneo oriental, un tablero cada vez más militarizado

El rearmamento griego llega en un momento de creciente disputa por rutas energéticas, aguas territoriales y zonas económicas exclusivas. El Mediterráneo oriental se ha convertido en un espacio donde la diplomacia y la fuerza militar se entrelazan, y la compra de estos sistemas de largo alcance añade una capa adicional de presión sobre Ankara.

Conclusión: un paso que eleva la disuasión y la tensión regional

La incorporación de los lanzamisiles PULS representa una apuesta de alto impacto para Grecia. Mejora su capacidad de disuasión y refuerza su posición ante Turquía, pero también aumenta el riesgo de malentendidos o escaladas accidentales. En un escenario tan volátil como el del Egeo, cada nuevo sistema de armas amplía las capacidades, pero también las responsabilidades.

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