En medio del debate actual en Israel sobre la posible reinstauración de la pena de muerte para terroristas, la rabina Diana Villa aportó una mirada basada en las fuentes judías clásicas y la tradición rabínica.
Explicó que, si bien la Torá menciona penas capitales para ciertas transgresiones, la Torá oral y el Talmud establecieron condiciones tan estrictas que, en la práctica, la pena de muerte se volvió casi imposible de aplicar. “Hace falta un sanedrín de 23 rabinos, dos testigos oculares masculinos, no parientes y absolutamente válidos. Con esas reglas, casi nadie podría ser condenado”, explicó.
Villa recordó que los rabinos limitaron las situaciones donde se podía aplicar la pena capital. Ejemplos como el del “hijo rebelde” se transformaron en enseñanzas éticas más que en normas aplicables. “La santidad de la vida tiene que ser preservada”, afirmó al señalar que la tradición rabínica buscó siempre alejarse de castigos irreversibles. Incluso la Mishna llega a afirmar que un tribunal que aplica la pena de muerte una vez cada 70 años se considera violento.
En relación con el debate contemporáneo, la rabina advirtió que algunas voces religiosas “dicen cosas totalmente en contra de la ética judía”, al generalizar y considerar culpables a todos los palestinos. Aclaró que la ética judía exige evitar matar inocentes y que solo situaciones bélicas inevitables podrían explicar víctimas colaterales, pero nunca justificar la eliminación indiscriminada.
Finalmente, Villa recordó que el único caso de pena de muerte en la historia del Estado de Israel fue el juicio a Adolf Eichmann en 1962, un proceso jurídico, no religioso. Ahora, el debate vuelve a escena en un contexto político cargado y con la exigencia —según subrayó— de mirar siempre las fuentes éticas y legales de la tradición judía antes de tomar decisiones extremas.
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Shavuot y Ruth una posibilidad de pensar dilemas actuales- Rab. Diana Villa