“La gran tragedia de Jesús es que tanto judíos como cristianos negaron su condición judía” – Dr. Adolfo Roitman

En la víspera de la Navidad cristiana, el historiador, arqueólogo y rabino Adolfo Roitman —ex curador de los Rollos del Mar Muerto y uno de los mayores especialistas en textos del judaísmo antiguo— propuso una mirada profunda y académica sobre la figura de Jesús de Nazaret, alejándose de la polémica teológica y centrando el análisis en las fuentes históricas y el contexto judío en el que surgió el cristianismo.

Desde el inicio, Roitman fue categórico al abordar una de las preguntas más recurrentes: mito o personaje histórico. “Yo estoy totalmente convencido de que existió un Jesús de Nazaret”, afirmó, aunque aclaró que el verdadero desafío no es su existencia, sino “qué podemos decir sobre ese Jesús a partir de las fuentes”. En ese sentido, explicó que los únicos textos que permiten aproximarse al Jesús histórico son los evangelios canónicos, redactados en la segunda mitad del siglo I, ya atravesados por la fe de las primeras comunidades cristianas.

“El problema metodológico fundamental es que los evangelios están escritos desde la fe. Los fragmentos de historia que llegaron hasta nosotros fueron filtrados por la creencia de que Jesús era el Mesías”, señaló. Por eso, más que retratar al personaje histórico, los evangelios muestran cómo distintas comunidades entendieron y resignificaron su figura.

Uno de los ejes centrales de la entrevista fue la judeidad de Jesús. Roitman sostuvo que existe una negación compartida: “La gran tragedia de Jesús es que tanto los judíos como los cristianos rechazan reconocer su condición judía”. Desde su perspectiva, el Nuevo Testamento debe ser leído como un texto judío, producido por judíos del siglo I que estaban convencidos de que las esperanzas mesiánicas de Israel se habían materializado en Jesús de Nazaret.

A partir de los Rollos del Mar Muerto y de la literatura del período del Segundo Templo, Roitman explicó que el judaísmo de la época era profundamente diverso. “Había fariseos, saduceos, esenios, comunidades apocalípticas, judaísmos pietistas. No existía un solo judaísmo, sino muchos”, afirmó. En ese mosaico religioso e ideológico deben ubicarse tanto Jesús como sus primeros seguidores.

En relación con el mesianismo, el especialista subrayó que no existe una teología judía única sobre el Mesías. “Maimónides hablaba más de una era mesiánica que de una figura concreta, mientras que otras corrientes sí esperaban a un Mesías personal”, explicó. Esa diferencia es clave para entender la ruptura posterior con el cristianismo, que desarrolló una teología propia, incluyendo la Trinidad y la divinización de Jesús.

Roitman también se refirió al distanciamiento progresivo entre judíos y cristianos a partir del siglo II. “Cuando el cristianismo dejó de ser mayoritariamente judío y pasó a estar compuesto por paganos convertidos, el judaísmo comenzó a ser visto como un rival ideológico”, señaló, recordando que de allí surgieron textos con fuerte contenido antijudío.

Sin embargo, lejos de cerrar con una mirada pesimista, destacó los avances contemporáneos en el diálogo judeocristiano. Recordó la importancia de la declaración Nostra Aetate y sostuvo que hoy existe un proceso de recomposición histórica. “La fe no se contrapone al conocimiento; al contrario, se enriquece con él”, afirmó.

En ese espíritu, Roitman concluyó que, más allá de las diferencias irreductibles, “es mucho más lo que nos une que lo que nos separa”, y llamó a judíos y cristianos a estudiar, dialogar y reconocerse en una historia compartida que sigue influyendo en la espiritualidad del mundo contemporáneo.

Escuche la entrevista completa.

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