En el cierre de 2025, el periodista y analista internacional Ignacio Montes de Oca trazó un diagnóstico inquietante sobre el escenario global. En diálogo con Radio Jai, advirtió que el mundo atraviesa una etapa de conflictividad inédita, marcada por la ausencia de liderazgos claros, el debilitamiento del sistema multilateral y guerras que ya no tienen un final definido.
“Si uno los cuenta uno a uno, son 37 conflictos nuevos a partir del primero de enero de 2024”, señaló Montes de Oca, al explicar que la falta de castigos concretos a quienes violan el orden internacional genera un efecto dominó. Para graficarlo, utilizó una metáfora clara: “Si el profesor no pone orden, los alumnos van a hacer lo que quieran”.
Uno de los ejes centrales de su análisis fue la retirada de Estados Unidos de su rol histórico como garante del orden global. “Cuando el gato no está, los ratones festejan”, afirmó, y sostuvo que esta ausencia explica la proliferación de conflictos en distintas regiones. Según el analista, el sistema multilateral “está siendo destrozado”, lo que deja al mundo sin mecanismos eficaces de contención.
En ese contexto, alertó sobre varios focos de máxima tensión. En Medio Oriente, advirtió que “ya se está hablando de un nuevo ataque de Israel hacia Irán”, luego de confirmarse que Teherán no frenó su plan nuclear y aumentó su arsenal misilístico con apoyo de China y Rusia. En Europa del Este, remarcó que la guerra en Ucrania no solo continúa, sino que se expande: “Rusia empezó a hacer su guerra híbrida cada vez más fuerte hacia los países bálticos, Polonia y Rumania”.
Sobre el conflicto ucraniano, fue categórico al describir el desgaste y la falta de soluciones: “Hubo siete veces que Rusia dijo que no, y aun así cada vez que dice que no, se castiga a Ucrania”, afirmó, y recordó que el país lleva un año sin recibir nuevos paquetes de ayuda de Estados Unidos.
También se refirió a Venezuela, a la que definió como “el día de la marmota”, donde las promesas de un desenlace inminente se repiten sin resultados concretos. “Puede haber violencia, pero lo que no hay son soluciones”, sostuvo, al tiempo que advirtió que un eventual cambio de régimen no se logra sin una intervención terrestre.
Montes de Oca planteó además que las guerras del siglo XXI son radicalmente distintas a las del pasado. “Antes, cuando se agotaban los hombres, se acababa la guerra”, explicó. Hoy, en cambio, la tecnología permite conflictos interminables: “Ucrania está produciendo millones de drones al año; ya no hay un final claro”.
En su análisis, el mayor riesgo es la normalización de la violencia global. “Si no hay contención, se multiplican los conflictos, las muertes y el gasto en armas”, advirtió. En ese escenario, señaló a los verdaderos ganadores: “Los únicos que han ganado enormes cantidades de dinero son las compañías de armas”.
De cara a 2026, dejó una pregunta abierta que resume su preocupación: “Si el aislacionismo y las respuestas por separado no funcionaron, ¿vamos a seguir chocando contra la misma pared o vamos a entender que las soluciones deben ser integrales y a largo plazo?”. Para Montes de Oca, los gestos simbólicos ya no alcanzan: “Un Premio Nobel de la Paz no sirve para nada si no se logra la paz”.
El cierre, en vísperas de Navidad, fue un llamado a la reflexión colectiva. “Hay que desear la paz y construir la paz”, afirmó, en un mundo que, según su diagnóstico, enfrenta demasiados conflictos, demasiados muertos y una incertidumbre cada vez más profunda.
Escuche la entrevista completa.
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