Relacionar lo estético con la Shoá parece estar prohibido por una norma no escrita. Donde hubo horror, no pudo haber belleza y por lo tanto tampoco en nuestra perspectiva desde el hoy.
¿Qué sucede cuando deseamos abordar cuestiones culturales y específicamente artísticas durante la Shoá o posteriores a la misma? ¿Nos es permitido éticamente apreciar la belleza de una obra de arte realizada en los campos? ¿Existió arte en los guetos o se trata de otro tipo de lenguaje lejano a toda manera de estética de manifestación humana?
Veamos la opinión de René Huygue que, en este sentido, menciona la ineludible relación del arte con el ser humano.