MARAVILLOSA ISRAEL EN DOS RUEDAS
Un Bacari suelto en Israel
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MARAVILLOSA ISRAEL EN DOS RUEDAS
Un Bacari suelto en Israel
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La familia real británica esconde secretos sobre los que no nos queda más que especular y sacar nuestras propias conclusiones, a menos que los monarcas decidan contarnos el porqué de sus extrañezas.
Muchas costumbres de “los reales” como los llaman los británicos (“the royals”) son ajenas a otros soberanos europeos y a sus propios súbditos. Pero son comunes al pueblo judío. Siendo mi linaje de origen escocés y alemán, tal como el de los residentes de Buckingham, y siendo notorio de que sangre noble corre por mis venas, es que desde hace años vengo explorando algunas singularidades de mis respetados parientes.
CIENTIFICOS ISRAELÍES DESCUBREN TINTE AZUL QUE PODRÍA REPARAR CORAZONES TRAS UN ATAQUE CARDÍACO
Se ha demostrado que Chicago Sky Blue, un colorante azul no tóxico, repara el tejido cardiaco de los ratones, según un estudio publicado en la revista Journal of Clinical Investigation Insight.
La investigación fue llevada a cabo por un equipo del Instituto de Ciencias Weizmann. Se ha demostrado que esta molécula disminuye el tamaño de las cicatrices, así como que mejora la función cardíaca de los ratones adultos después de un ataque cardíaco, según el estudio, sobre el que escribió Israel21C.
Los cinco gigantes tecnológicos -Google, Facebook, Apple, Amazon y Microsoft- están presentes en la vida de todos, a través de los servicios y productos que utilizamos en la cotidianeidad.
Se trata de las empresas con más ganancias del mundo, y tres de ellas ya sobrepasaron el millón de millones de dólares.
Y son tan populares que resulta casi imposible imaginar la realidad actual sin los servicios de importancia vital que prestan. Ya se trate de teléfonos “inteligentes”, de computadoras personales, de la revolución que suponen las redes sociales, de la información por red o de la posibilidad de recibir hasta la puerta de casa cualquier producto.
El décimo judío
La puerta se abrió de golpe, y entró el rabí Leib seguido de cerca por el paritz
Los torrentes de lluvia le caían de punta sobre el rostro, pero la tempestad no impedía que el maestro jasídico, el rabí Leib de Sará, llegara a la aldea. Sólo faltaban un par de horas para el comienzo de Iom Kipur. Lo separaba una cierta distancia del lugar que había previsto como destino, pero se alivió al enterarse de que también en la aldea en la que estaba había un minián (quórum de diez personas) con el que rezar: a los ocho aldeanos locales se unirían dos hombres que vivían en un bosque cercano.