Hablar de la historia de los judíos de Rusia es hablar de una suerte cambiante, pues el destino de los judíos dependía del antisemitismo o benevolencia que mostrara el respectivo Zar en turno. Después de que los judíos sufrieran las medidas más crueles bajo el gobierno de Nicolás I.
Sin embargo, Alejandro II tenía una mentalidad distinta a la de sus predecesores, inició nuevas reformas y en cada una de ellas se podían ver sus progresistas y nobles intenciones, tanto, que en 1861 abolió la servidumbre.