El dicho dice, que cada familia es un mundo. Surgen en ella grandezas y miserias, amores y rencores. La familia de Abraham no podría ser una excepción. El hombre presto a los amores tuvo varias mujeres, la amada, la amante que le da su primogénito y algunas otras que luego aparecieron. Todo eso no podría estar ausente de algún drama. Ya sabemos que los celos entre mujeres pueden ser terribles.
En estos días de Rosh Hashaná volveremos a releer el relato. Saráh que era muy bella pero estéril no tuvo reparo en que Hagar le diera un hijo a su amado esposo.