Cuando la semana pasada, Irán subió al podio de la sala de la Asamblea General de Naciones Unidas, quedó demostrado una vez más hasta dónde es capaz de extender su actitud pusilánime, bastante lejana a la honestidad, la decencia y el decoro mínimo del comportamiento humano, un organismo internacional que abarca a casi los 200 países de la tierra.
Quien subió al podio fue alguien llamado presidente de Irán. Sobre él, en junio de 2021, varias organizaciones internacionales de derechos humanos dijeron a viva voz, entre otros conceptos, que: El hecho de que Ebrahim Raisi haya llegado a la presidencia de Irán en lugar de ser investigado por los crímenes de lesa humanidad, de asesinato, desaparición forzada y tortura es un sombrío recordatorio de la impunidad suprema que reina en Irán.… Leer más