Científicos y empresarios locales recurren cada vez más a los olores para ayudar a detectar males, mejorar la memoria, entretener y proteger de alergias alimentarias.
Uno de los efectos secundarios más molestos del COVID-19 para muchas personas fue y es la pérdida del olfato y el gusto que a veces continúa durante meses.
Si bien la tecnología israelí no ha logrado resolver ese problema, nuevas compañías del país están a la vanguardia de cómo es nuestra relación con los olores.
Ya sea a través de aplicaciones de consumo como salas de cine con aroma mejorado; dispositivos que incluyen rastreadores no invasivos que pueden detectar enfermedades; o narices artificiales diseñadas para identificar explosivos, la tecnología olfativa busca ser la próxima gran estrella.… Leer más


