Del pasado sanitario de mi Buenos Aires querido …
Por Martha Wolff
Soy una mujer grande y recuerdo en mi juventud haber padecido los cuidados que tomó mi madre cuando sufrimos la epidemia de poliomielitis, allá por 1956.
Lo primero que hizo fue mandarme a Mar del Plata, a la casa de una amiga. No sé si frente al mar me iba a salvar pero fue una manera de sacarme del foco infeccioso que era Buenos Aires.
En esa crisis una amiga la tuvo y le quedó una secuela de por vida.




