La sirena que marca el comienzo de la conmemoración «rompe el silencio y rompe nuestros corazones», afirmó.
Según Rivlin, el aislamiento por el coronavirus amplifica «lo que se fue, el vacío, lo que falta, el dolor».
Este Día de los Caídos es para nosotros podamos, incluso por un momento, conocer los nombres y los rostros, las vidas y las historias de los hijos e hijas de este país, de sus seres queridos, que se convertirán en nuestros», agregó.
«Este año, no podemos llorar juntos. Este año, no podemos mirar a los ojos».
Pero Israel recordará «el precio insondable» que se pagó con la vida humana para que Israel exista.