Uno de los temas que aparecen con más frecuencia en la Biblia es el sexo, en múltiples manifestaciones, desde lo sublime a lo aberrante. Aparece desde el principio, en el versículo 28 del primer libro, el Génesis, con el ordenamiento de “Creced y multiplicaos»
Noe y Cam
Noé tuvo tres hijos, Sem, Cam y Jafet que fueron quienes poblaron toda la tierra después del Diluvio Universal. Noé fue el primero en trabajar la tierra, y plantó una viña. Un día, bebió vino, se embriagó y se desnudó en la tienda. Cam, padre de Canaán, vio a su padre desnudo y salió a hacerlo saber a sus dos hermanos, que estaban fuera. Sus hermanos entraron de espaldas para no ver la desnudez de su padre y lo cubrieron con un manto. Cuando Noe despertó y supo lo que había pasado, maldijo a Canaán y lo condenó a que él y su descendencia fueran esclavos de los esclavos de Sem.
El castigo aparenta ser desproporcionado para la falta que haya cometido Cam, por lo que los estudiosos hablan de que cometió una seria transgresión de índole moral contra su padre. Acerca de esto hay tres principales líneas de análisis.
La primera considera que, al ver los genitales de su padre, violó un tabú relativo al pudor, al que anteriormente ya se hace mención en referencia a Adán y Eva que se avergonzaron de su desnudez.
La segunda teoría es que Cam infringió la piedad filial al burlarse de su padre, razón por la cual Noé no maldijo a Cam sino a su hijo, Canaán.
La tercera interpretación sostiene que “ver desnudo a su padre” es un eufemismo de un acto de sodomía, cometido por Cam abusando de la embriaguez de su padre, agravado por el incesto, prácticas muy penadas desde entonces.
Lot y sus hijas
Lot era sobrino de Abraham. Por disputas de tierras, se separaron. Abraham fue a vivir a Hebrón y Lot al sur, afuera de Sodoma. Los habitantes de Sodoma – y de otras tres ciudades cercanas, Gomorra, Adma y Zeboim – habían incurrido en “gravísimo pecado”. Algunas interpretaciones dicen que practicaban todo tipo de actos sexuales abominables, como el incesto, el bestialismo y otros, por lo que Dios decidió enviar a dos ángeles para comprobarlo.
Estos llegaron a la casa de Lot. Poco después, “… llegaron todos los hombres de la ciudad, los jóvenes y los viejos, y rodearon la casa. Gritaban: «Lot, ¿dónde están los hombres que esta noche llegaron a tu casa? ¡Sácalos! ¡Queremos tener relaciones sexuales con ellos!» Lot salió para hablar con ellos, pero al salir cerró la puerta. Allí afuera les dijo: —Amigos míos, ¡no hagan algo tan malo! Yo tengo dos hijas solteras que nunca han conocido varón. Las voy a sacar, y ustedes pueden hacer con ellas lo que quieran. Pero a mis invitados no les hagan nada, pues están bajo mi protección”. El pueblo no las aceptó y trató de entrar por la fuerza, pero los ángeles lo impidieron. Después de esto, Dios decidió acabar con los habitantes de esas ciudades.
Los Ángeles instruyeron a Lot, su esposa y sus hijas a huir antes de la destrucción sin voltear a mirar atrás
La esposa de Lot desobedeció y se convirtió en un pilar de sal.
Lot y su hijas fueron a vivir a una cueva en las montañas de Zoar.
Un día, la hija mayor le dijo a la menor: “Nuestro padre ya está viejo, y no quedan hombres en esta región para que se casen con nosotras, como es la costumbre de todo el mundo. Vamos a emborracharlo y acostarnos con él; y así tendremos descendencia.
Así lo hicieron. La primera noche lo hizo la mayor y a la siguiente. Lo volvieron a emborrachar y fue el turno de la menor.
Así las dos hijas de Lot quedaron embarazadas de su padre. La mayor tuvo un hijo, a quien llamó Moab, padre de los moabitas y la menor engendró a Ben Amí, padre de los amonitas.
La Reina Ester
Durante el exilio en Babilonia del pueblo judío, vivió un hombre llamado Mordejai (Mardoqueo) con su sobrina huérfana Ester (Hadassah). El monarca era Asuero (Hajasverosh- Xerxes) quien tenía por esposa a Vasti. Una noche mando llamarla para que estuviera con él, pero ella se negó, por lo que el rey la castiga quitándole todas sus prerrogativas y privilegios como ejemplo para que “todas las mujeres honren a sus maridos, desde el más importante hasta el más humilde”
Entonces, los servidores del rey buscan candidata a nueva reina y ordena reunir a todas las jóvenes bellas -y vírgenes- del reino, para prepararlas y presentarlas al rey y este escogiera.
Entre ellas iba Ester. Todas las doncellas eran preparadas durante un año antes de ser llevadas al rey, perfumadas y arregladas. Cada una pasaba una noche con él. Esther ocultó su origen judío, ya que no hubiera sido aceptada como candidata por ser del pueblo esclavo. “Y el rey amó a Ester más que a todas las otras doncellas… y le impuso la diadema real y la hizo reina en lugar de Vasti”.
El ministro del rey, Hamán decidió exterminar a los judíos. Se prohibió la entrada de cualquier persona a palacio del rey sin autorización, bajo pena de muerte, pero Ester dijo a su tío: “Reúne a todos los judíos y ayune por mi durante tres días. Yo haré lo mismo y entraré al rey, aunque no sea permitido y si he de perecer, que así sea”
Y cuando el rey vio a Ester y estuvo con ella, quedó encantado y le ofreció concederle cualquier cosa que ella le pidiera. Y así fue que Ester le hizo saber que era judía y que Hamán fraguaba un complot para derrocarlo, por lo que el ministro fue ahorcado “… y para los judíos había luz y gran alegría. Era un buen día de fiesta “. Este es el origen de la celebración de Purim
Jacob y sus mujeres
Cuando Jacob se quedó con la primogenitura que correspondía a su hermano Esaú, este lo buscó para matarlo, por lo que Jacob huyó y se dirigió a la tierra de los hijos de oriente.
En el campo vio un pozo y rebaños de ovejas cuidados por una mujer. Era Raquel, hija de Labán, tío de Jacob. Raquel lo llevó con su padre y Jacobo le ofreció trabajar para él.
Labán le preguntó que pedía por trabajar y Jacob le ofreció trabajar siete años a cambio de casarse con Raquel de quien seç había enamorado. Labán aceptó y al termino de los siete años, ofreció un banquete y en la noche, al amparo de la oscuridad, llevó a su hija mayor, Lea con Jacob en lugar de Raquel. Al día siguiente, cuando Jacobo se dio cuenta, le reclamó a Labán, quien le dijo que no era costumbre dar a la hija menor antes que la mayo, pero que, si trabajaba para él otros siete años, entonces si le daría a Raquel.
Así lo hizo Jacob y al final, también recibió a Raquel por esposa. Además, Labán dio a Lea a una esclava llamada Zilpa y a Raquel otra llamada Bilá.
Jacob amaba más a Raquel que a Lea. Y cuando vio Dios que Lea era aborrecida, abrió su matriz. Y así, Lea tuvo cuatro hijos, Rubén, Simón, Levi y Judá. Mientras tanto, Raquel era estéril y dijo a Jacob: “He aquí mi sierva Bilá. Allégate a ella y parirá sobre mis rodillas y así tendré hijos por medio de ella. Y así, Jacobo tuvo con Zilpa dos hijos, Dan y Neftalí.
Lea dejó de ser fértil y dio a Jacob a su esclava Zilpa, con quien tuvo dos hijos, Gad y Asher. Pero Rubén llevó a su madre Lea mandrágoras que había encontrado en el campo. Raquel se las pidió para poder concebir y Lea le dijo a Jacob que viniera a ella a cambio de las plantas y así Lea tuvo dos hijos más, Isacar y Zebulún, y una hija, Dina. Y Dios se acordó de Raquel y abrió su matriz. Y así, Raquel dio a luz a José. Diez y seis años después, cuando Jacob tenía 100 años, Raquel dio a luz a Benjamín, poco antes de morir, que fue el hijo predilecto de Jacob.
Conclusión
Estas son solo algunos de los muchos episodios de la Biblia que contienen asuntos relacionados con prácticas sexuales que se pueden considerar extrañas.
En artículos anteriores hemos hablado de Tamar y Judá, del Rey David, Bestabé (Batsheba) y Abigail, de Rut y Boaz, de Abraham, Sarah y el faraón y más.
Sin embargo, los talmudistas concluyen que estas son lecciones de que, en ocasiones, para llegar por la virtud, es necesario pasar por el pecado.
En el caso del Rey David y Batsheba, David cometió adulterio al unirse a una mujer casada y el profeta Nathan le llevó el mensaje de Dios, reprendiéndole por su pecado. Batsheba tuvo un hijo que murió, causando mucho dolor a David. Esto y la revuelta de su querido hijo Absalón en su contra fueron un castigo divino, por el que, como expiación por sus acciones. “pagó lo que le correspondía”, se arrepintió por muchos años y eventualmente fue perdonado por Dios.
Poco después, Batsheba volvió a quedar embarazada y tuvo otro hijo al quien llamaron Shlomó (Salomón), el Rey Sabio.
Y así, la Biblia dice que el Mesías, será descendiente de la casa de David, de un pecador arrepentido.