El ejército británico frustró en 1944 la penetración de los japoneses en la India en un enfrentamiento agónico
Tal como explica el historiador y autor del libro Kohima 1944: The battle that saved India (Kohima 1944: La batalla que salvó a la India), Robert Lyman a La Vanguardia, “así como Stalingrado significó la primera gran derrota de las fuerzas alemanas, Kohima tuvo un gran significado estratégico», porque fue la primera derrota nipona en Asia continental.
En un momento en que Japón retrocedía ante el empuje estadounidense, su ofensiva perseguía dar la vuelta a la guerra en Asia
Sin embargo, Lyman asegura que “Fue sólo después de que pasaran unas décadas tras el final de la guerra que los historiadores miraron hacia atrás y le reconocieron su valor. Si los japoneses no hubieran sido confrontados y derrotados, la naturaleza de la guerra en el lejano oriente probablemente hubiera sido muy distinta”. Pero, ¿qué implicaciones concretas tuvo este episodio y por qué pasó casi desapercibido en su momento?
En ese momento concreto, la batalla implicó un freno decisivo al Ejército Imperial Japonés, y le impideron tomar la iniciativa en un momento en que en otros frentes estaba perdiendo terreno. Los japoneses se habían sumado a la guerra tras el ataque a la base naval de Estados Unidos en Pearl Harbor a finales de 1941.
Después de eso, comenzaron a invadir las colonias europeas en Asia Oriental, incluyendo los territorios británicos de Hong Kong, Malasia, Singapur y Birmania (hoy Myanmar). Pero desde entonces las cosas habían cambiado en el Pacífico ante el empuje estadounidense que los hizo retroceder. El ataque de Kohima era un intento de tomar la iniciativa en Asia continental, y la victoria hubiera significado un desafío crítico al control británico sobre India.
Ubicada en la frontera montañosa del noreste de India con la entonces ocupada Birmania, la ciudad de Kohima fue el punto clave para sostener la defensa de Imphal, que era la principal base británica en la zona. En un principio, la ofensiva japonesa logró cortar la carretera que unía Imphal con Kohima, por la que se abastecían las tropas británicas e indias, y aislar la ciudad, pudiendo capturar todo lo que la rodeaba en las colinas, excepto por la cresta central.
La superioridad nipona era abrumadora y condujo a un exceso de confianza ante un rival bien entrenado y abastecido
En números, la superioridad del ejército japonés era abrumadora, ya que mientras que disponía de unos 15.000 soldados, sus rivales no tenían más de 2.500. A pesar de esta ventaja, la derrota para el ejército japonés fue contundente e incluso llamaron al viaje de repliegue y retirada a Birmania el Camino de los huesos, por el hecho de que muchos de los sobrevivientes se suicidaron o cayeron muertos de hambre en el camino de vuelta por la selva. Frente a esta desigualdad entre los rivales, ¿cómo fue posible una derrota tan contundente?
Según explica el historiador, la respuesta está en que “los planes de batalla de los japoneses fracasaron. Hubo fracasos en muchos niveles, en la logística, en el comando, y también se subestimó a las fuerzas británicas e indias, que ya no eran las mismas que aquellas con las que se habían encontrado en 1942. Se habían reequipado y estaban más entrenadas, y de hecho vencieron a los soldados japoneses en el combate hombre a hombre, que era algo que ellos no esperaban”.
Si bien los soldados británicos e indios pelearon cuerpo a cuerpo, también estaban muy bien abastecidos por aire. El general Mutaguchi no solamente había subestimado las habilidades defensivas de su enemigo, sino también la capacidad de los Aliados para suministrar refuerzos, cuya superioridad logística y comunicacional fue determinante. Según detalla el Museo del Ejército Nacional del Reino Unido, “durante la batalla, la Real Fuerza Aérea llevó cerca de 19.000 toneladas de suministros y más de 12.000 hombres, y evacuó alrededor de 13.000 bajas”. Esto incluyó el rápido despliegue de refuerzos desde Dimapur, como también el transporte aéreo de la 5ª División India y de todo su equipo desde el Arakan a Imphal en sólo dos días.
Los historiadores olvidaron la batalla durante décadas, pero en su día tuvo una gran importancia psicológica para Japón
Finalmente, la resistencia de las tropas británico-indias pudo sostener una defensa existosa y poner fin al asedio en Kohima, para abrirse paso en las posiciones que ya habían controlado los japoneses de camino a Imphal. Tal vez el peor error del general japonés Mutaguchi haya sido el insistir en un plan que lo llevó al fracaso. Varios historiadores coinciden en que podría haber retirado sus fuerzas con facilidad una vez que se hizo evidente que la ofensiva sobre Kohima había fracasado. Sin embargo, él pensó que podría seguir y capturar los suministros de sus enemigos, algo que finalmente no sucedió.
Tal como explica Robert Lyman, algunas de las consecuencias de esta batalla podrían apreciarse poco después. “Si los británicos no hubieran podido derrotar a los japoneses después de esto en Birmania, al final de la Segunda Guerra Mundial habría quedado un importante ejército japonés invicto en Asia. Mi visión es que, si tienes un ejército invicto muy fuerte después de la guerra, tienes un potencial para que suceda lo mismo que pasó en Alemania en 1919, donde regresó un ejército fuerte a su país con la convicción de que no había sido derrotado”, sostiene.
En este sentido, el historiador asegura que el ser vencido en batalla es muy importante a nivel psicológico, para que el país derrotado asuma su posición de desventaja al momento de hacer cuentas una vez terminada la guerra. Para que Japón aceptara más adelante un acuerdo de paz que no fuera hecho en sus términos, el reconocimiento de la derrota era clave.
“Este es un punto bastante olvidado. Para Japón, la batalla de Kohima fue una derrota psicológica muy significativa, porque llevó a que algunos de sus mejores soldados y uno de sus mejores generales fueran derrotados. Además, no sólo fueron vencidos por soldados británicos sino principalmente indios”. Esto último, según explica, suponía para ellos un elemento especialmente humillante, debido a que creían fuertemente en la esencia de la superioridad japonesa.
La mayoría de las fuerzas británicas estaban compuestas por soldados de la India, lo que hizo que la batalla también tuviera una gran carga emocional para ese país
Además, el hecho de que las fuerzas defensivas estuvieran en su gran mayoría (se estima que hasta en un 80%) compuestas por soldados indios, para el historiador también supone un elemento muy significativo para pensar por qué la batalla de Kohima pasó tan desapercibida durante la guerra.
“En Europa no estaban al tanto de lo que estaba sucediendo en India durante la guerra, el foco principal de los Aliados estaba puesto en Alemania llegaba y a Gran Bretaña llegaba muy poca información sobre lo que estaba pasando allí”, explica Lyman y agrega: “Cuando los japoneses perdieron su invasión en 1944, muy poca gente sabía sobre esto, por eso se habló de una guerra olvidada. Además, como la mayoría de los soldados que luchaban eran indios, no despertó el interés que debiera haber generado en los aliados, teniendo en cuenta que después de Kohima la ofensiva de los japoneses en la India fue destruida”.