HAFTARA NOAJ – ISAÍAS 54:1-55:5

La promesa de un futuro de paz

Desde el capítulo 40 de su libro, Isaías, nuestro profeta, se ha caracterizado por sus profecías de nejamá, consuelo.
En los peores momentos, donde todo parece perdido Isaías rescata desde lo más profundo esa especial unión de D’s con nuestro pueblo, esa pareja amorosa que constituimos los bnei Israel con D’s.
Unión tan divina como humana, con sus desavenencias y sus reencuentros.

Esta Haftará marca una bisagra fundamental, un antes y después.
Las “aguas de Noaj” marcan una profunda diferencia.
D’s nos promete nunca más un diluvio.

Como nos dice el Salmo 30:6 se trató de un momento de furia…
“Su furor, más toda la vida Su benevolencia. Al anochecer se pernocta con llanto, más al amanecer se percibe la alegría.”
Un antes y un después, no más diluvio…
A partir del momento donde las aguas bajan nos dice Isaías que hay un pacto eterno con D’s, la idea de un nuevo mundo de amor y misericordia que sea tan natural como el orden cósmico.
Ni diluvios …ni ocultamiento del rostro de D’s.

Esta hermosa Haftará, tan actual, nos lleva con sus palabras a rescatar que es el conocimiento el que puesto al servicio de la justicia logrará un mundo de paz y bienestar.
La promesa “Todos tus hijos serán estudiosos” si bien se refiere al conocimiento y la palabra de D’s desde la Torá, la extendemos a todo conocimiento que abarque la posibilidad de una vida mejor, más justa y pacífica, más armoniosa.

Que el estudio de la Torá, el poder encontrar en el texto la sabiduría y sus secretos sea el modelo para aprehender el mundo entero en sus complejidades y maravillas.

Que estudiar, educar, transmitir sean los pilares del nuevo mundo que emerge de tantas inundaciones, de tantos diluvios.

Que sea justicia también que esta educación pueda abarcar a la humanidad entera y lograr de esta manera un mundo más equitativo.

Norma Dembo

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