Por fin la Primavera Árabe da buenos frutos





Israel Hayom, el diario más leído de Israel, Eldad Beck enmarca los acuerdos que está alcanzando Israel con varios países de Oriente Medio en la célebre Primavera Árabe, de cuya eclosión se cumplirán diez años el próximo diciembre.

Ha tenido que pasar una década para que la Primavera Árabe madure y rinda frutos no putrefactos. El gran simbolismo histórico del acuerdo de paz entre Israel y Sudán se explica no sólo por la abierta revocación del obstinado rechazo árabe a reconocer a Israel, expresado en los famosos Tres Noes de la Conferencia de Jartum de hace 53 años, sino por el contexto en que se produce, cuando apenas faltan dos meses para el décimo aniversario de la Primavera Árabe. El levantamiento popular que eclosionó entonces ha provocado unos movimientos tectónicos que aún siguen haciendo temblar la tierra bajo nuestros pies.

Las terribles guerras civiles de Siria, el Yemen y Libia; el salvajismo del Estado Islámico en Siria e Irak; el ascenso al poder de la Hermandad Musulmana en Egipto, Túnez y Marruecos y sus intentos de desestabilizar todo Oriente Medio con ayuda de Turquía y Qatar; la traición de la Administración Obama a los aliados tradicionales de EEUU; la contención y la responsabilidad mostradas por los Gobiernos israelíes en este tiempo fatídico para la región; y, sobre todo, la implosión de la propaganda falsaria que sostenía que el conflicto árabe con Israel era el problema central de Oriente Medio, y que sólo su resolución llevaría a la de los problemas económicos, sociales y políticos de todos los pueblos de la zona…: si nada de esto hubiese sucedido, es harto dudoso que Israel hubiera conseguido el excitante hito histórico de asegurarse la paz y llegar a acuerdos de normalización con tres importantes países árabes en tres meses.

Iran, el gran damnificado por el acuerdo Israel-Sudan

    El analista israelí Yoav Limor sostiene que a la República Islámica se le están poniendo las cosas bastante difíciles en Oriente Medio… y que la Turquía del islamista Recep Tayyip Erdogan también tiene grandes motivos para la preocupación.

    El principal logro del tratado de paz entre Israel y Sudán no es bilateral sino regional: un nuevo país ha salido de la espiral del conflicto y dejado de servir de vivero para el antiisraelismo.

    El acuerdo de paz con Sudán (…) brinda a Israel tres importantes beneficios (…): en primer lugar, en términos diplomáticos significa que otro país previamente hostil reconoce a Israel y establece plenas relaciones diplomáticas y comerciales con él. […] En segundo lugar, (…) es otra brecha en el muro de rechazo a Israel en el mundo árabe. […] Y por último, pero no menos importante, está la cuestión de la seguridad. No era casualidad que Sudán estuviera incluida en la lista norteamericana de Estados patrocinadores del terrorismo: no son pocos los grupos terroristas que ven en Sudán un hogar, y Jartum mantiene estrechas relaciones con Irán.

    […]

    Este acuerdo supone un golpe importante para [numerosas] organizaciones terroristas, y especialmente para su gran patrón, Irán, que sin duda anda preocupado por el creciente número de rutas de contrabando que se le están cerrando, así como por el igualmente creciente número de países musulmanes que están optando por hablar de paz con Israel.

    […]

    (…) EEUU e Israel están tratando de mediar en un acercamiento entre Qatar y Arabia Saudí, a fin de alejar a Doha del eje de los islamistas radicales, comandado por Turquía.

    Si esos esfuerzos se revelan fructíferos, los Estados radicales se verán más aislados que nunca y Oriente Medio quedará claramente dividido entre los ‘buenos’ y los ‘malos’.


    Las fuerzas antisraelíes, cada vez mas aisladas en Medio Oriente

    En la misma línea se manifiesta, también en Israel Hayom, Amnon Lord, autor del libro The Israeli Left: From Socialism to Nihilism [La izquierda israelí: del socialismo al nihilismo] (2003).

    El nuevo Oriente Medio bulle y se realinea ante las ambiciones otomanas de Turquía y el imperialismo iraní. Por primera vez, parece que las fuerzas que predican una ideología beligerantemente antiisraelí van quedando aisladas.

    el medio 

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