Los pasajes proféticos de Ishaiahu comprendidos en esta Haftará no guardan a primera vista una analogía directa con la Parashá Lej Lejá, ya que las profecías en este caso no tienen una forma narrativa como sí la tiene casi en su totalidad la Parashá Lej Lejá. No obstante, se encuentra cierta analogía de ideas y no de hechos, entre la Haftará y la Parashá.
De acuerdo a los comentaristas tradicionales del Tanaj, basados a su vez en los midrashim, esta Haftará ha sido seleccionada para complementar la lectura de Parashá Lej Lejá, por contener estas profecías una alusión a Abraham Avinu, de acuerdo a Isaías 41:2 y 3 que dice:
“¿Quién ha surgido desde el Oriente? ¡La justicia proclamó en su senda! El entregó ante él, pueblos, a reyes él dominó. ¡Los tornó cual polvo con su espada, cual hojarasca al viento, con su arco! Los persiguió y transitó en paz, por sendas cuyos pies no habían hollado”.
“…Este es Abraham Avinu a quien Di-s hizo surgir para salir desde la tierra de Oriente que era su tierra natal…” El entregó ante él: pueblos, a reyes él dominó…” Ésto hace alusión a la batalla que emprendió Abraham contra los reyes para liberar a Lot. (Gén. 14:14 y s.s.) (Radak).
Entonces, si no encontramos la similitud en los hechos vamos en busca de las ideas.
¿Qué es lo que movilizó a Abraham a iniciar tremenda revolución teológica?
Una sola cosa: la FE. La fe no es creer en algo, por que las creencias hoy las tengo y mañana no sé. De hecho, no pensamos igual a los 15 años que a los 30. La fe tiene una fuerza tal y una magnitud que nada la derriba.
Es lo que tuvo Abraham, para poder atravesar por las 10 pruebas, superando una a una.
Entonces después de esta introducción veamos que es lo que nos quiere decir el profeta Ishaiahu
“Empero tú, Israel, mí siervo Iaacov, que te he escogido; descendencia de Abraham, que me amaba. Te he tomado desde los confines de la tierra, te he convocado de entre los nobles y te he dicho: Eres mi siervo, Te he escogido y no te he aborrecido. No temas pues yo estoy contigo. No te descarríes pues yo soy tu D´s; te he fortalecido, y ayudado, te he sostenido con mi Justa diestra” (41 8-10)
Es un mensaje de fe y esperanza, no importa en qué situación nos encontremos D´s está con nosotros y nos protege.
Así resulta muy lindo y reconfortante, pero tengo que darles una mala noticia, la fe no se transmite, la fe se construye y es el trabajo más individual que existe. Es un proceso que cada uno debe transcurrir individualmente como le ocurrió a nuestro patriarca Abraham.
Amigos, en este Shabat Lej Lejá les deseo que puedan construir su propia fe y cada ésta sea vez más vigorosa. Como nos dice el profeta: No temas pues Yo estoy contigo.
Ari A. Alster