Los palestinos se merecen un Estado: Jordania – Enterrar a Erekat… y lo que representó – La paz gana terreno en Oriente Medio







Los palestinos se merecen un Estado: Jordania

«Los árabes que se consideran palestinos merecen un Estado; ya tienen uno y se llama Jordania. Quienes no se merecen apoyo ni un Estado son organizaciones terroristas como la OLP, Hamás, el FPLP y la Yihad Islámica««Erekat será llorado y elogiado por muchos. Yo, por mi parte, no me rasgaré las vestiduras. Sería bueno preguntarse cuál fue la contribución de Erekat a la causa de su pueblo, o a la de la paz entre Israel y los palestinos««Es esencial que los palestinos vean los beneficios concretos resultantes del acuerdo. Si bien la labor de hacer la paz es cosa de los israelíes y los palestinos, en Emiratos seguiremos haciendo lo que podamos para respaldar el proceso«

Moshé Dann, historiador y periodista israelí, aboga resueltamente por una solución de dos Estados para la resolución del conflicto israelí-palestino. Pero no es la que se suele aventar en los medios sino una bien distinta que, de todas formas, siempre ha estado ahí, y la han expuesto o defendido personalidades de muy diverso signo.

Los árabes que se consideran palestinos merecen un Estado; ya tienen uno y se llama Jordania. Quienes no se merecen apoyo ni un Estado son organizaciones terroristas como la OLP [Organización para la Liberación de Palestina], Hamás, el FPLP [Frente Popular para la Liberación de Palestina] y la Yihad Islámica.

Una ‘solución de dos Estados’ (…) basada en un Estado palestino en Judea y Samaria (la Margen Occidental) en manos de organizaciones terroristas dedicadas a la destrucción de Israel no es una solución. Lo único que hace es impedir la paz y la libertad para los palestinos.

[…]

Jordania es un país viable con una estructura económica y política relativamente estable. Tiene vastas extensiones de terreno no aprovechado, pero carece de población y agua suficientes. (…) El empleo de los abundantes recursos hídricos de Turquía y el Mar Caspio –la mayor fuente de agua dulce del mundo– podría transformar el este de Jordania en un oasis que provea de productos agrícolas, albergue centros industriales y financieros y fomente la estabilidad regional y el desarrollo económico.

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El reconocimiento de Jordania como un Estado palestino, al tiempo que [mantendría] su condición de monarquía, [reflejaría] la identidad nacional de la mayoría de su población. (…) 

Según la Oficina Central de Estadísticas palestina, en 2009 había en Jordania 4 millones de árabes de ascendencia palestina; la mitad de ellos estaban en 2014 registrados como refugiados, y cerca del 20% vivían en ‘campos’ gestionados por la UNRWA [la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos]. La mayoría de los palestinos –pero no todos– tienen ciudadanía jordana. Jordania es el único país árabe que concede la ciudadanía a los palestinos.

Promover Jordania como el Estado palestino es consistente con la legalidad internacional y la creación de Transjordania (1922) como parte de una solución de ‘dos Estados’. (…)

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Una solución de dos Estados auténtica –Israel y Jordania– es del interés de ambos países, así como de los palestinos. Puede generar paz y prosperidad y asegurar la estabilidad regional. Una confederación jordano-israelí podría sustituir el fracaso y la desesperación por la oportunidad y la esperanza. Podría excitar la creatividad, la cooperación y la libertad, razón de ser de los Estados-nación. 

Enterrar a Erekat…y lo que represento

    Sarah N. Stern, fundadora del Fideicomiso por la Verdad en Oriente Medio, hace un descarnado retrato jerarca palestino Saed Erekat, fallecido la semana pasada en Jerusalén, y llama a dejar atrás las políticas y concepciones por él encarnadas.

    Saeb Erekat, durante mucho tiempo negociador y secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), falleció el pasado martes en el hospital Hadassah de Jerusalén. Paradójicamente, aunque alentaba al mundo entero a boicotear a Israel, pasó las cuatro últimas semanas de su vida en un hospital israelí, donde sabía que recibiría los más excelentes cuidados.

    Erekat será llorado y elogiado por muchos. Yo, por mi parte, no me rasgaré las vestiduras. Sería bueno preguntarse cuál fue la contribución de Erekat a la causa de su pueblo, o a la de la paz entre Israel y los palestinos.

    […]

    Cuando [se conoció el] Plan de Paz para la Prosperidad de la Administración Trump, que incluía un mapa específico que delineaba las fronteras de una solución de dos Estados, Erekat aconsejó a Abás que ni siquiera se reuniera con los delegados norteamericanos, Jared Kushner, Jason Greenblatt y el embajador [en Israel] David Friedman, para discutirlo, pese a que el plan llamaba al establecimiento de un Estado palestino independiente y habría inyectado 50.000 millones de dólares en la economía palestina.

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    Y cuando se firmaron los Acuerdos de Abraham, Erekat los calificó de “asesinos de la solución de los dos Estados”. (…) aconsejó a Abás que urgiera a la Liga Árabe a aislar a Emiratos y Baréin por sus tratados de paz con Israel. (…)

    (…) Es esta adherencia inquebrantable [a la negativa intransigente] lo que ha provocado que muchos en los mundos árabe y musulmán abandonen a los palestinos. 

    Con independencia de lo que digan algunos de la izquierda política norteamericana, los musulmanes suníes y sus gobernantes están empezando a comprender, 72 años después, que Israel está aquí para quedarse, y que no es el enemigo. Y que el camino para la paz y la prosperidad regionales no pasa por Ramala.

    […]

    Saeb Erekat y quienes le lloran representan el pasado. Confiemos en que una Administración Biden no retorne a los días añejos de transigencia con las irreales ilusiones palestinas sobre la destrucción de Israel.

    Lo mejor para todos (…) sería no resucitar los fracasados paradigmas del pasado, y enterrar junto con Erekat ese capítulo de diplomacia fallida.

    La paz gana terreno en Oriente Medio

    Hend al Otaiba, director de Comunicaciones Estratégicas del Ministerio de Asuntos Exteriores de Emiratos, escribe para la influyente revista de la comunidad judía norteamericana Tablet sobre el futuro promisorio que para la región representan los acuerdos de paz que Israel está firmando con países árabes como el suyo.

    El Acuerdo de Abraham debe mucho a las actitudes de cambio entre los más jóvenes, y su legado dependerá de su éxito a la hora de satisfacer las necesidades y aspiraciones de la juventud regional.

    […]

    (…) Estábamos seguros de que la anexión israelí [de la mayor parte de Judea y Samaria] acabaría de una vez por todas con la solución de los dos Estados. Así que actuamos rápido y ofrecimos la normalización [de relaciones] a cambio de que se detuviera la anexión.

    Los menores de 35 años representan más del 65% de la población de Oriente Medio. (…) En el pasado nos preocupaba que los jóvenes adoptaran las actitudes intransigentes de los mayores (…) Pero ahora son los jóvenes quienes están diciendo a los mayores que han de cambiar de ideas y actitudes; que deben adaptarse a las nuevas realidades (…)

    […]

    Es esencial que los palestinos vean los beneficios concretos resultantes del acuerdo. Si bien la labor de hacer la paz es cosa de los israelíes y los palestinos, en Emiratos seguiremos haciendo lo que podamos para respaldar el proceso. (…)

    Por último, pero sin que desde luego sea lo menos importante, creemos que las diásporas árabe y judía tienen un lugar en este proceso. Se trata de gente dinámica con competencias de alcance mundial que se preocupa del futuro de la región, e influyente en sus países. En particular, enviamos un muy cordial saludo a la comunidad judía norteamericana y confiamos (…) en que nos visite en Emiratos, hogar de una creciente y dinámica comunidad judía.

    elmed.io 

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