Israel entró en un bloqueo más estricto para frenar un brote de COVID-19 a la medianoche de jueves a viernes, y un alto funcionario del Ministerio de Salud ya señaló que las restricciones podrían permanecer vigentes por más de dos semanas.
Muchos israelíes se abastecieron de comestibles antes del cierre y la policía se desplegó en grandes cantidades para hacer cumplir las restricciones, que fueron aprobadas el miércoles por la noche por los ministros a medida que aumentaban las tasas de infección en Israel. Las nuevas reglas ven las escuelas cerradas y la mayor parte del comercio restringido, con limitaciones más estrictas en las reuniones.
Las medidas estarán vigentes hasta el 21 de enero, aunque el jefe interino de salud pública del Ministerio de Salud advirtió que “muy bien” podría ser más prolongado antes de que se flexibilicen.
“El número [de casos] se duplica cada dos semanas”, dijo Sharon Alroy-Preis al Comité de Justicia, Derecho y Constitución de la Knesset, que aprobó el cierre el jueves por la noche. “La pandemia está arrasando”.
Dijo que el aumento de pacientes con COVID-19 hospitalizados en estado grave era particularmente preocupante.
“El pronóstico de los enfermos graves ha empeorado de lo que esperábamos y estamos en una catástrofe”, dijo.
En cifras actualizadas publicadas el jueves por la noche, el Ministerio de Salud dijo que se confirmaron otros 5.441 casos desde la medianoche, lo que eleva la cantidad de infecciones desde que comenzó la pandemia a 471.048.
El número de muertos se situó en 3.552.
El número de casos activos aumentó a 64.583, con 878 personas en estado grave, incluidas 229 con respiradores. Otros 261 israelíes estaban en condición moderada y el resto presentaba síntomas leves o no presentaba síntomas.
Según el Ministerio de Salud, se habían realizado 75,212 pruebas hasta el jueves por la noche, y el seis por ciento dio positivo.
Reproducción autorizada por Radio Jai citando la fuente.