el periodista Hector Gambini brindó detalles del artículo que publicó el diario Clarín en relación a la trama de comunicaciones entre los espías de la exSIDE y funcionarios del gobierno en las horas previas y posteriores al asesinato del Fiscal Nisman.
Consultado acerca de las razones que esgrimen desde el oficialismo para explicar las comunicaciones entre agentes de inteligencia y Pocino, que cesaron al mismo tiempo en que se daba a conocer la muerte del fiscal, Gambini explicó que “lo que Mena y en general todos ellos dicen en general, es que ese fin de semana hablaron mucho con Milani, que era el jefe del ejército y de la inteligencia paralela de Cristina, porque habían robado un misil en el ejército y los espías estaban preocupados por eso, y que también hablaban mucho entre ellos porque se iba a jugar un Boca-River en Mar del Plata por la copa de verano y tenían información de que podía haber un choque entre las Barrabravas. Sería algo inédito un operativo de 89 agentes por un choque de barras”.
Pocino había trabajado en el Senado con Cristina Kirchner cuando la ex presidenta integraba la comisión bicameral que seguía la investigación por la AMIA y ahora reportaba directamente al nuevo número dos de la SIDE, Juan Martín Mena. En la jerga interna, el segundo jefe de La Casa es conocido como Señor Ocho.
“Lo que las escuchas permiten hacer es ubicar la posición de cada uno de los agentes, y cuando uno aparece en la esquina de la casa de Lagomarsino todo el día, que es la persona que el día anterior le había llevado el arma a Nisman, y éste agente reporta a un jefe, que a su vez reporta a Pocino, que a su vez reporta a Mena, poco tiene que ver el misil y el Boca-River del verano”, indicó el periodista.
Mena es viceministro de Justicia de la Nación y la cuña que Cristina clavó bajo la elegida de Alberto Fernández, la ministra Marcela Losardo, que cada tanto aparece en la lista de ministros que no funcionan. Igual que Cristina, Mena también está procesado por la denuncia de Nisman sobre el Pacto con Irán.
Expresó también que “hay que terminar con ésta idea de que se trató de un suicidio, la cuál se intentó plantar en el expediente durante las primeras horas posteriores al hallazgo del cadaver”.
La nota publicada en Clarín explica que Mena siguió hiperconectado todo el día, durante la madrugada devolvió varias llamadas que le había hecho Sergio Burstein de la Asociación de Familiares de Víctimas de la AMIA, y se comunicó varias veces con un periodista de Página 12 que al día siguiente publicó una nota afirmando sin la menor duda que la conmocionante muerte de Nisman era un suicidio. Ni siquiera estaba terminada la pericia de la pólvora en las manos de Nisman, que al final dio negativa.
Recordó Gambini que “el fiscal Nisman presentó la denuncia contra Cristina el miércoles 14 de enero, pero las pruebas las iba a llevar el lunes. El 17 y 18 el gobierno no sabía exactamente que tenía Nisman contra ellos, y es posible que la SIDE estuviera buscando eso”.
Aseveró también que “le parece llamativo todo el operativo de ese día, los horarios, y que todas las comunicaciones comienzan a las 11 de la mañana cuando los custodios llegan a Puerto Madero, y empiezan a buscar a Nisman que no les contesta el teléfono, y terminan abruptamente a las diez de la noche, diez menos cinco, cuando está subiendo el cerrajero con la madre de Nisman al departamento”.
En relación a los dichos del espía israelí Shaya, que refiere haberle entregado documentos incriminatorios hacia Cristina Fernández de Kirchner al fiscal en Europa, Gambini comentó que al menos por lo que se conoció a través del programa televisivo “Uvdá” conducido en Israel por Ilana Dayan “en principio no cuadran con los datos reales”.
Ante la pregunta acerca del rol de la Dra. Fein, primera fiscal de la causa, consideró que “hizo su trabajo con honestidad, pero fue sobrepasada por la situación, y le costó mucho volver luego de lo que fue el desastre en la escena del crimen y su no preservación”.
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DS/Redacción Radio Jai