Alón Molad, uno de los hijos del recordado representante del KKL en América Latina, dialogó con Radio Jai para hacer una semblanza del legado personal y comunitario de su padre.
“Mucha gente lo conoció como `un sionista de verdad´. Ayudó muchísimo a recolectar fondos a favor del KKL y del Estado de Israel”, expresó Alón.
“Dani era una persona de un carácter afable, divertido y de buen humor, siempre con muy buena onda, y eso le ayudó a hacer muchas amistades a través de su trabajo en Latinoamérica”.
Relató también que “en los últimos años en los que estuvo en Israel, luego de los muchos que pasó en Argentina, nos acercamos mucho más, y se terminó mucho más temprano de lo que todos pensabamos.
Dani Molad era originario de Chile donde nació en 1951 y donde vive aún gran parte de su familia, de apellido Maldavsky, sus hermanos y sobrinos. Hizo Aliáh en los 70′.
Dejó tres hijos, Alón, Nilly y Johana y varios nietos.
Es un espacio muy grande el que nos dejó y fue “una suerte”, si se puede decir suerte, que falleciera el 4 de febrero, hace un año y un día, antes del comienzo de las cuarentenas por el Covid, porque haberlo vivido en ésta época hubiera sido muy difícil”.
De gran corazón, Dani Molad supo ser un gran amigo, generoso y hospitalario. Un coleccionista de objetos de acuerdo a distintas épocas de su vida, cajitas de fósforos, corchos, bastones y otras curiosidades. Un amante de la buena mesa y cultor de un bajo perfil.
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