En las últimas horas se dio a conocer la judicialización de las amenazas que estuvo recibiendo Jorge Knoblovits, Presidente de la DAIA.
Radio Jai dialogó con el dirigente comunitario que comentó:
“Es una seguidilla de amenazas que vengo recibiendo, no son todas del mismo lado. Una es de un individuo, otro del sector político, otra del terrorismo. La primera amenaza que recibí fue el 18 de julio del 2019 por Tribunales cuando una mujer que parecía estar desquiciada me empezó a dar datos muy precisos sobre mi y sobre mi familia. Pero no la judicialicé, yo recién empezaba en el cargo y pensé que era episódico y justo habíamos levantado el proceso de Hezbollah como organización terrorista.
Después recibí un Whatsapp con referencias políticas que parecían una presión sobre conductas de la DAIA y ahora recibí una carta que por consejo de compañeros decidí judicializar. En esta carta dice que lo mejor que podría hacer es emigrar, que me esperan para pelear en la asociación de box, que no son nazis ni antijudíos. Como dice Freud, creo que cuando deducen – no soy – hay que tachar el ´no´ y decir – soy nazi, soy antijudío -.
No entienden a nuestro pueblo, me mandaron fotos de Jacobo Timerman, de Héctor Timerman, Beraja y Sivak, el banquero secuestrado por policías. Es una cosa delirante y no concibe con el accionar de la DAIA”. El juzgado tribunal dispuso de custodia, no es cómodo, pero creo que se ha hecho lo correcto”.
“En este caso no sospecho de ningún sector de la política. Cuando sostenés una misión coherente con la DAIA molestás a algunos y a otros, en cada sector político. En el mundo hay sectores que están por fuera de la política que se comportan de manera autónoma, pero por supuesto esto no sucede en un gobierno democrático. No recibimos presión desde el gobierno, pero si hay gente que no coincide con lo que decimos. Esta persona que se judicializó es uno de ellos, no se a qué sector de la política responde porque es incierto.
Desafortunadamente esto forma parte del cargo y preocupa, pero no nos van a callar ni dejaremos de hacer lo que tenemos que hacer.
Como pasa en esta carta, como en muchas que recibo, hay mucha incoherencia, mucha locura y más en situación de pandemia”.
“En este caso no tuvo interferencia del servicio de inteligencia, es todo tan burdo y elemental. A mí me preocupan otras cosas que tenemos que enfrentar, como los loquitos que mataron a los hermanos uruguayos hace tres años. Son situaciones que uno tiene que tomar en riesgo de consideración, no todo viene de la política, pero termina en la política.
En la carta me dicen que tienen más patria que yo, que emigre. En este caso no lo asocio con los servicios, he recibido llamados de la Ministra de Seguridad poniéndose a disposición. Creo que esto no viene de la política, después está el proceso de investigación que puede decir otra cosa”.
“Lo que ocurrió en el 2019 estaba asociado al acto y a un perfil que AMIA – DAIA habían levantado el decreto de Hezbollah como organización terrorista. Fueron datos reveladores.
No me dijeron que iba a pasar esto, pero cualquier persona inteligente se da cuenta de que estaban hablando y para que lo decían. Sin embargo, nunca bajamos el perfil y dejamos de decir lo que tenemos que decir. El día que me pase eso y tenga miedo me voy a ir de la DAIA”.
“No me siento con miedo ni perseguido. Ni la DAIA ni su Presidente. Me molesta porque es incómodo, a nadie le gusta esta situación de cuidado porque eso significa que uno tiene motivos para que lo cuiden y yo creo que no debería tenerlo porque nosotros ejercemos nuestras funciones en un gobierno y Estado democrático. No me siento vigilado ni observado”.
“La carta fue dejada físicamente en la DAIA, no en mano. Seguramente por un servicio de correo. con las cámaras se puede determinar que servicio de entrega lo efectuó y ahí llegar a la persona que lo contrató, imagino que funciona así, pero forma parte del proceso de judicialización”.
LD/RJ
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