Nuestra Kehilá es actualmente chica, aunque llegó a tener unas 100 familias. Decidimos que la mejor manera de honrar a quienes nos precedieron fue darle continuidad al edificio, que es muy grande. Hicimos un convenio con una institución de la ciudad y ahora es un colegio, de manera que sigue siendo un lugar de educación y de presencia judía. También hicimos un museo virtual para el que digitalizamos todos los archivos de la Asociación, además de incluir fotos y el mantenimiento y digitalización del cementerio. Creemos que siempre es posible hacer cosas.