En la Conferencia de Wannsee, celebrada cerca de Berlín el 20 de enero de 1942, se trazaron nuevos planes para el genocidio de los judíos, conocida como la «Solución final» a la cuestión judía. El programa recibió el nombre en código de Aktion Reinhard para diferenciarlo de las operaciones de asesinatos en masa de los Einsatzgruppen en territorios conquistados por la Alemania nazi, en la que ya habían sido aniquilados medio millón de judíos. Treblinka fue construido originalmente como un campo de trabajos forzados, pero después se convirtió en uno de tres centros de exterminio creados como parte de la operación Reinhard.
En noviembre de 1941, bajo los auspicios del jefe de las SS y la policía del distrito de Varsovia del gobierno general, las autoridades de las SS y la policía crearon el campo de trabajos forzados para judíos, conocido como Treblinka, situado en Polonia a 4 km de la estación ferroviaria de Malkinia, sobre la vía férrea principal entre Varsovia y Bialystok. Posteriormente, este campo de trabajos forzados, que se llamaría Treblinka I; también sirvió a las SS y la policía como un campo de educación laboral para polacos no judíos que en opinión de los alemanes habían violado la disciplina laboral. Tanto los presos polacos como los judíos, encarcelados en recintos separados del campo de trabajo, se empleaban como mano de obra forzada. La mayoría de los trabajadores forzados trabajaba en una cantera de grava cercana.
Bajo el nombre de Treblika II, fue convertido en campo de exterminio, en el área noreste del Generalgouvernement, a comienzos del verano de 1942. Alrededor de 870.000 personas fueron asesinadas en Treblinka.
Los primeros transportes llegaron al campo el 23 de julio de 1942 desde el gueto de Varsovia. Entre ese día y el 21 de septiembre fueron asesinados en Treblinka alrededor de 254.000 judíos de la capital polaca y 112.000 de otras poblaciones del distrito de Varsovia. También fueron ejecutados allí centenares de miles de judíos de los distritos de Radom y Lublin en el Generalgouvernement. En Treblinka murieron aproximadamente 738.000 judíos del Generalgouvernement y 107.000 del distrito de Bialystok. También llegaron allí miles de judíos de otros países, procedentes de Eslovaquia, Grecia, Macedonia y Tracia, y algunos que habían estado previamente confinados en Theresienstadt; 29.000 de ellos fueron gaseados en Treblinka, junto con 2.000 gitanos. El programa de extermino masivo operó hasta abril de 1943; después de esa fecha sólo llegaron unos pocos transportes.
A partir de agosto de 1942 el comandante de Treblinka fue el teniente coronel de las SS Franz Stangl, quien había desempeñado el mismo cargo en el campo de exterminio de Sobibor y su segundo de fue Kurt Franz. Contaron con la asistencia de entre 20 y 30 miembros de las SS (que habían participado en el Programa de Eutanasia), y entre 90 y 120 soldados ucranianos que trabajaban como guardianes del campo.
Ubicado en una zona densamente boscosa y escasamente poblada; el lugar fue elegido para ocultar los crímenes que allí se cometían. El campo incluía áreas de alojamiento, recepción
y exterminio. Este último sector tenía un edificio de ladrillos que contaba con tres cámaras de gas. En un cobertizo cercano había un motor diesel que producía el monóxido de carbono que alimentaba las cámaras, el cual fluía a través de cañerías adosadas al cielorraso, que desembocaban en lo que aparentaba ser bocas de duchas. De este modo, las cámaras presentaban la apariencia de salas de baño. Cada una de ellas tenía un pasillo de acceso y otra puerta por la cual se sacaban los cadáveres. A unos 200 metros de distancia se encontraban las enormes fosas donde se sepultaban los cuerpos.
El proceso de exterminio en Treblinka estaba basado en la experiencia obtenida por los nazis en Belzec y Sobibor – los otros dos campos de la Aktion Reinhard. Los trenes, con 50 a 60 vagones que transportaban entre 6.000 y 7.000 personas, llegaban a la estación cercana; 20 vagones eran remolcados al campo, mientras que el resto esperaba en la estación. Se abrían las puertas y los guardias de las SS ordenaban descender a los judíos y un oficial les anunciaba que habían llegado a un campo de tránsito donde se ducharían y desinfectarían su ropa, para luego viajar a diversos campos de trabajo. Las víctimas eran llevadas a una explanada apodada “plaza de la deportación”. Hombres y mujeres eran separados (los niños permanecían con las mujeres). Las mujeres y los niños debían desnudarse en una barraca, donde a las mujeres se les cortaba el cabello (destinado a diversos usos industriales). Debían luego abandonar desnudos la barraca e ingresar en la “manguera” – un sendero angosto, cercado y camuflado que conducía a las cámaras de gas. Una vez encerradas las víctimas, se encendía el motor y el gas comenzaba a fluir al interior de la cámara. En media hora todos estaban muertos. Mientras llegaba el siguiente grupo de víctimas, se retiraban los cuerpos del anterior y se los llevaba a las fosas. Esta última tarea era realizada por un equipo de reclusos judíos llamados Sonderkommando. Se trataba de prisioneros que no eran ejecutados al llegar al campo, cuya función era limpiar los vagones, preparar a las víctimas para su ejecución, ocuparse de sus efectos personales y ropas, y finalmente retirar los cadáveres, enterrarlos o, a partir de la primavera de 1943, quemarlos . La mayoría de estos judíos también eran eliminados después de unos pocos días o semanas y reemplazados por nuevas víctimas.
Después de un tiempo, los alemanes resolvieron que el proceso de exterminio en Treblinka no era lo suficientemente eficiente, por lo cual entre agosto y octubre de 1942 construyeron diez cámaras de gas adicionales. Además, se añadió otra mejora al sistema: a los recién llegados que estaban demasiado débiles para caminar hasta las cámaras de gas por sus propios medios, se les decía que se los enviaría a la enfermería. Eran trasladados a un área cubierta sobre la que flameaba una bandera de la Cruz Roja; allí los esperaban guardias de las SS y ucranianos que los asesinaban en el acto.
Centenares de judíos intentaron saltar de los trenes camino al campo, pero la mayoría de ellos fracasó. Otros intentaron huir del campo, pero casi todos fueron capturados y ahorcados. Judíos de diversos transportes ofrecieron resistencia y lograron herir o matar a guardias alemanes y ucranianos. En agosto de 1943, cuando los prisioneros descubrieron que los alemanes planeaban liquidar el campo, organizaron una sublevación; pero ésta fue reprimida y la mayor parte de los 750 prisioneros que intentaron huir fueron capturados.
En Treblinka fueron asesinados más judíos que en cualquier otro campo de exterminio nazi después de Auschwitz. Gestionado por las SS alemanas y los guardias de Trawniki, alistados voluntariamente entre los prisioneros de guerra soviéticos para servir con los alemanes, el campamento constaba de dos unidades separadas. Treblinka I fue un campo de trabajos forzados (Arbeitslager) cuyos prisioneros trabajaban en la gravera o en el área de riego y en el bosque, donde cortaban leña para alimentar las fosas de cremación.10 Entre 1941 y 1944, más de la mitad de sus 20 000 reclusos murieron por ejecuciones sumarias, hambre, enfermedades y malos tratos.
Las operaciones de gaseado en Treblinka II finalizaron en octubre de 1943 tras una revuelta de los Sonderkommandos (los judíos encargados de sepultar a las victimas) a principios de agosto. Varios guardias de Trawniki fueron asesinados y 200 prisioneros escaparon del campo. Casi cien sobrevivieron a la persecución posterior. El campo fue desmantelado antes del avance soviético, cuando se construyó una granja y se aró el suelo; en un intento de ocultar la evidencia de genocidio.
La rebelión de los prisioneros judíos de Treblinka tuvo dos objetivos: destruir el campo de muerte y posibilitar la fuga masiva para que los supervivientes informaran al mundo lo que pasaba detrás de sus alambradas electrificadas.
La comunidad internacional y los judíos de los países ocupados por Hitler no sabían qué sucedía en los campos de exterminio, instalados por los nazis en el Este, como Treblinka, Sobibor y Belžec.
El judío checo, Richard Glazar, que sobrevivió, cuenta en su libro sobre Treblinka que antes de ser deportado no daba crédito a los rumores de que en el Este los nazis asesinaban masivamente a los judíos. Al avistar el campo de Treblinka, su primera idea fue que se tratara de una explotación agrícola. El equívoco del muchacho de 22 años se debía al hecho de que las alambradas de púas estaban camufladas con frescas ramas verdes.
En la Polonia de la posguerra, el gobierno compró la mayor parte de la tierra donde se encontraba el campamento, y construyó un gran monumento de piedra entre 1959 y 1962. En 1964, Treblinka fue declarado monumento nacional del martirio judío en una ceremonia en el sitio de las antiguas cámaras de gas. En el mismo año se llevaron a cabo los primeros juicios alemanes sobre crímenes de guerra cometidos en Treblinka por ex miembros de las SS. Después del fin del comunismo en Polonia en 1989, aumentó el número de visitantes que llegaron a Treblinka desde el extranjero. En 2006 se inauguró un centro de exposiciones en el campamento. Más tarde se amplió y se convirtió en una sucursal del Museo Regional de Siedlce.
Después de la guerra, algunos integrantes de las SS que habían actuado en Treblinka fueron sometidos a juicio. Tanto el comandante Franz Stangl como su segundo Kurt Franz fueron condenados a cadena perpetua.
Dr. Mario Burman