Isaías 40:1 – 40:26
Isaías, en hebreo ישעיהו—Ieshaiáhu que significa «La Salvación está en él«, fue uno de los mayores profetas de Israel y tuvo lugar durante el siglo VIII a.c. en el Reino de Judá, durante las monarquías de Uzías, Jotán, Acaz, Ezequías y Manasés. Profetizó durante la crisis causada por la expansión del Imperio asirio. Nació probablemente en Jerusalén hacia 765 a.c. y fue asesinado (aserrado), según se cree, por el rey Manasés en 695 a.c. Según la tradición talmúdica, Isaías posiblemente fue primo de Uzías y pariente de los reyes contemporáneos de Judá.
Pasado Tishá beAv comienzan las semanas de consuelo y nuestro profeta de esta Haftarah es quien nos revela el consuelo dentro de la humildad y el agradecimiento. Pero no se trata de un simple consuelo en manos de D’s, avocados a creer en su santidad y su benevolencia, sino todo lo contrario.
Nos pide, de igual forma que asociarnos en la creación del todo, trabajar de forma empeñosa en la búsqueda del consuelo y la superación de los problemas que se nos plantean día a día, no ser simples espectadores de las tribulaciones a las que nos somete el vivir, pero, y he aquí un gran pero, sin olvidar quiénes somos, cuán efímeros, limitados y pequeños somos. De aquí la humildad y agradecimiento que nos trasmite el profeta, sabiendo que nuestro esfuerzo, sabiduría y dedicación son fundamentales pero no por ello suficientes
Gabriel Rosenzvit