Moshé convoca a todo el pueblo y en nombre de Dios les dice que él pondrá delante de todo el pueblo tanto la bendición como la maldición. El camino de la Bendición, cumpliendo mitzvot, transformándonos en el pueblo soñado; y el de la maldición, si decidimos alejarnos de ellas. Ahora bien, si prestamos atención, la parashá empieza diciendo “Mirá” y continúa con el plural, ustedes. Esto nos muestra el tipo de líder en el que Moshé se había convertido. Él estaba frente a un gran pueblo, pero sin embargo le hablaba a cada uno de ellos, convirtiendo a cada uno en una parte fundamental del Pueblo de Israel.
Dios nos está dando la posibilidad de decidir a nosotros mismos por qué camino ir. Somos nosotros quienes tenemos esta libertad y los responsables por cada una de nuestras elecciones.
“Mirá”. Mirar no es solamente ver lo que hay enfrente, sino también a quién está enfrente. Mirar es la posibilidad de encontrarnos con algo nuevo, con alguien nuevo, con algún recuerdo, una historia o hasta ver en otros lo que antes no veíamos.
Tenemos la posibilidad de elegir, tenemos la posibilidad de tomarnos un momento para observar las opciones. Como Moshé le dijo al pueblo, tenemos dos caminos completamente diferentes en cada momento de nuestras vidas. Por un lado, el camino del bien, siendo ejemplo para la gente que nos rodea, siendo respetuosos, educados, sabiendo frenar para mirar y observar al otro, para ver cómo está, cómo se siente, si necesita ayuda, si está pasando un mal momento. Por el otro lado, el camino de la maldición, siendo nosotros lo único importante, sin respetar a nadie más, sin preocuparnos por nadie más, mostrando un desinterés por la gente que nos rodea.
En esta parashá Moshé le muestra a cada persona del Pueblo de Israel que es libre, que la decisión está en sus manos, entregándoles la autonomía necesaria para elegir transitar cualquiera de estos dos caminos.
Podamos nosotros encontrar dentro nuestro un tiempo de pausa, y así poder mirar atentamente todo nuestro alrededor decidiendo qué camino vamos a tomar.
Brian Bruh