Por Eduardo Kohn
¿Es posible celebrar como un éxito político ,social, económico, geopolítico, que se haya llegado a un año de la firma de los Acuerdos de Abraham, y a la rúbrica entre Israel, Emiratos Árabes y Bahrein, se hayan ido agregando Marruecos, Sudán, y estén en la frontera de acuerdos otros países árabes musulmanes?
Todo acuerdo que aleje las posibilidades de guerras y conflictos es muy bienvenido en Medio Oriente y en cualquier lugar del mundo. En Medio Oriente, el mapa ha cambiado con estos fuertes movimientos diplomáticos, pero de todos modos las fauces de Irán, sus esbirros, Hamas e Hizbollah, su sometido, Siria, más el odio de varios más ,mantienen una realidad que los Acuerdos de Abraham le dan un frente positivo pero la vida diaria marca señales de alerta y peligro constante. Un par de ejemplos de los últimos días sobre odios viscerales son las declaraciones del nuevo Presidente del Líbano que dijo que desea tener relacionamiento con todos los países para que lo ayuden a salir de la brutal miseria y caos de su país pero aclaró que con todos “menos con Israel”. Vaya vecino enojado y aprisionado por las garras de Hizbollah, dueño de la catástrofe que vive Líbano. Y el otro ejemplo, no por ser obvio, es menos demostrativo del odio que anida en los que sólo creen en guerra y sometimiento del prójimo: los Talibanes declararon que quieren relacionarse con el mundo (mientras siguen con sus matanzas y persecuciones sin que a nadie en el mundo oficinesco de la ONU se le mueva un pelo)pero por supuesto Israel no forma parte del mundo que ellos mencionan.
Un año después de los Acuerdos de Abraham, los acercamientos de Israel han sido importantes con la apertura de su embajada en Emiratos Árabes y Bahrein, además de llevar un importante programa comercial que ha catapultado las relaciones económicas entre los países. A su vez, estos acuerdos han allanado el terreno en su acercamiento con Marruecos lo que conseguido propiciar la cooperación comercial y la apertura de vuelos comerciales entre Tel Aviv con Rabat, Marrakesh y Casablanca. Las declaraciones del embajador y representante permanente de Marruecos, Omar Hilale, ante las Naciones Unidas marcan pautas para los que entienden que el camino de la guerra y el terrorismo es para los extremistas (que no son pocos): “para el Reino de Marruecos, esta celebración es un compromiso para reforzar y ampliar los lazos fomentados por estos acuerdos históricos, y para acelerar la transformación positiva de la región, para aumentar la estabilidad, la seguridad y la prosperidad para nosotros y para las generaciones futuras”.
“Nuestra región está cansada de la guerra. Nuestra región ha sufrido todo tipo de extremismos, terrorismo y rechazo al otro. Nuestra región necesita una paz real y calurosa. Necesitamos paz en nuestros corazones y mentes. Necesitamos la paz como objetivo estratégico y como horizonte para nosotros y también para las generaciones futuras y es que lo que los acuerdos de Abraham han evidenciado ha sido la creación de un clima de entendimiento que apuesta por crear lazos comunes, sobre todo en materia de seguridad y en el ámbito comercial y financiero.”
Los Acuerdos culminaron la creación de una alianza regional para frenar la amenaza nuclear iraní en la zona y han abierto la puerta para que Emiratos Árabes e Israel estableciesen un marco de cooperación en esta materia. Asimismo, esta primera alianza ha derivado en que Arabia Saudita, el principal aliado de Emiratos, haya respaldado esta coalición. Además, Bahréin depende en todos sus sectores del Reino saudí por lo que se estima que el Reino ha jugado un papel importante en la validación de los acuerdos, al menos desde detrás del escenario público.
Cuando hace cuatro meses Hamas atacó a Israel, Emiratos convocó de urgencia al Parlamento Árabe con el pretexto de “discutir” la situación que atravesaba Jerusalén ante los presuntos ataques a la mezquita de al-Aqsa. Nada significativo surgió de allí. Tras el cese de hostilidades, Egipto lideró la reconstrucción de la Franja de Gaza además de protagonizar el logro de la tregua entre Israel y Hamás. A nivel de Bahrein, Emiratos, Marruecos, Sudán, Jordania y Egipto, las relaciones con Israel no se vieron afectadas, dejando a un lado como tema paralelo el conflicto palestino-israelí. En ese aspecto, el escenario se modificó sustancialmente en relación a las décadas anteriores. Tampoco es necesario ser ingenuo y menos en política: cuando llegan a los foros de Naciones Unidas, el comportamiento y el lenguaje de varios de estos países en relación a Israel retorna a la retórica sesgada y agresiva. Egipto es un ejemplo bastante claro. A pesar de ser mediador exitoso y casi natural entre Israel y Hamas, a pesar de combatir y enfrentar a Hamas, a pesar de tener un relacionamiento cercano en varias áreas con Israel, lo que se demostró con la reunión entre el Primer Ministro de Israel y el Presidente egipcio hace una semana, cuando aparece la letanía de resoluciones prefabricadas para hacer de Israel el culpable de todos los males en medio del Consejo de DDHH o la Asamblea General, Egipto no se comporta distinto a Venezuela o Siria.
Un nuevo informe público advirtió este lunes que Irán podría acumular suficiente uranio apto para fabricar una bomba atómica en un mes.
La estimación no incluyó el tiempo que le tomaría a Irán ensamblar realmente una bomba nuclear entregable -una que pudiera ser instalada en una ojiva de un misil balístico-, lo cual sería mucho más largo. El mes pasado, las Fuerzas de Defensa de Israel estimaron que el proceso llevaría al menos varios meses y potencialmente hasta un año. O sea, muy poco tiempo. El informe fue redactado por expertos del Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional, que examinaron un informe reciente del Organismo Internacional de Energía Atómica, sobre el cumplimiento por parte de Irán del acuerdo nuclear de 2015, conocido formalmente como Plan de Acción Integral Conjunto. En general, el último informe del OIEA muestra el rápido avance de las actividades nucleares de Irán y las medidas para limitar la supervisión del OIEA, mientras que los inspectores tienen una capacidad cada vez menor para detectar el desvío de activos iraníes a instalaciones no declaradas. OIEA está haciendo sonar la alarma a la comunidad internacional en consecuencia.
Esa es la contracara más feroz de los Acuerdos de Abraham. Lo que realmente conversaron el Primer Ministro de Israel y el Presidente de Estados Unidos y todos sus expertos y asesores hace dos semanas en Washington, obviamente, no se conoce. Pero no parece pueril pensar que así como lo positivo de los Acuerdos de Abraham fue subrayado con optimismo, la sombra que se cierne sobre todo el mundo con un estado que apoya el terrorismo donde sea y que además se acerca a la posesión de armas atómicas, debe haber estado en la mesa de las conversaciones. Aunque el relato de Hamas y todos los que lo apoyan sea que sus ataques contra la población israelí son el problema esencial de la región, los Acuerdos de Abraham ya han demostrado un año después, que eso es falso. El avance cuasi impune de Irán para tener y usar armas nucleares es el peligro real y tangible. Y si observamos el comportamiento de potencias como China y Rusia al respecto, entonces podemos pensar que hemos comenzado un año en el que viviremos en peligro mientras más Acuerdos de Abraham en Medio Oriente sigan intentando ponerle un muro de contención. Todo un desafío en este 5782 que recién nació.