El campo de Sobibor

Sobibor fue un campo de exterminio situado en el distrito de Lublín, Polonia, cercano a la aldea del mismo nombre.

Inaugurado en marzo de 1942, como parte de la Aktion Reinhard, fue cerrado a fines de 1943, después de una sublevación de prisioneros. En él fueron asesinados alrededor de 250.000 judíos. Fue el segundo de tres centros de exterminio creados como parte de la operación Reinhard (también conocida como Aktion Reinhard o Einsatz Reinhard); que fue un plan implementado por el Jefe de las SS y de la Policía de Lublin, el general de las SS Odilo Globocnik, para asesinar a los judíos del gobierno general (Generalgouvernement).

Fue establecido cerca del pequeño pueblo de Sobibor, en una zona poco poblada y pantanosa, a unos 5 kilómetros al oeste del río Bug, en lo que hoy es la frontera oriental de Polonia. Estaba a unos 80 kilómetros al este de la ciudad de Lublin, a unos 40 kilómetros al norte de Chelm y a 8 kilómetros al sur de Wlodawa. Durante la ocupación alemana de Polonia en la Segunda Guerra Mundial, esta zona formaba parte del distrito de Lublin del gobierno general.

Aproximadamente 50 funcionarios alemanes y austriacos trabajaban en el lugar. Al igual que en Belzec y Treblinka, los otros dos centros de exterminio de la operación Reinhard, el personal alemán procedía casi exclusivamente del programa T4 o de “eutanasia”. El primer comandante oficial del campo, el policía austriaco Franz Stangl, había sido antes subdirector administrativo del centro de exterminio de Hartheim, a cargo de la seguridad, y había realizado tareas similares en Bernburg antes de su traslado al distrito de Lublin. Al presenciar las operaciones de gaseo en Sobibor, Stangl informó con sorpresa, “era exactamente lo mismo que las cámaras de gas del Castillo de Hartheim”.

El asistente de Stangl, el austriaco Franz Reichleitner, que había trabajado con él en Hartheim, sucedió a Stangl como comandante de Sobibor en agosto de 1942, cuando este fue transferido a Treblinka. Reichleitner permanecería como comandante hasta la liquidación del campo en noviembre de 1943.

Además del personal alemán de Sobibor, había una unidad de guardia auxiliar de la policía que estaba formada por 90 a 120 hombres. Todos los miembros de la unidad de guardia eran ex prisioneros de guerra soviéticos de diversas nacionalidades, o civiles ucranianos y polacos seleccionados o reclutados para este fin. Estos hombres fueron entrenados en el campo de entrenamiento de Trawniki, una instalación especial del general Odilo Globocnik, líder de las SS y la policía en Lublin.

El campo era paralelo a la línea ferroviaria de Lublin-Chelm-Wlodawa, al oeste de la estación de Sobibor. Un ramal cercano, que lo conectaba con el ferrocarril, era utilizado para desembarcar a los prisioneros de los transportes que llegaban. El sitio estaba oculto por un denso bosque de pinos y abedules.

En su mayor extensión cubría un área rectangular de 400 por 600 metros, un área un poco más grande que 33 campos de fútbol. El sitio estaba camuflado con ramas insertadas en la valla de alambre de púas y árboles plantados alrededor del perímetro. Además, estaba rodeado por un campo minado de 15 metros de ancho.

Tenía tres secciones: el área administrativa, la recepción y el sector de exterminio. Los judíos que llegaban en los transportes eran llevados inmediatamente al área de recepción. La de exterminio contenía cámaras de gas, fosas comunes y alojamiento para los prisioneros judíos que trabajaban allí. Las cámaras de gas, que aparentaban ser duchas colectivas, podían contener entre 160 y 180 personas cada una; y en ellas se utilizaba monóxido de carbono.

A fines de 1942 los nazis intentaron ocultar las matanzas exhumando e incinerando los cuerpos. En marzo de 1943 llegaron 4.000 judíos en cuatro transportes procedentes de Francia. Hasta junio habían sido deportados a Sobibor entre 70.000 y 80.000 judíos de los distritos de Lublín y Galitzia oriental, y 145.000-150.000 del Gobierno General (Generalgouvernement). Entre marzo y julio, llegaron 35.000 judíos procedentes de Holanda, quienes al ser de clases altas vinieron con todo tipo de lujos, a veces luciendo bolsos y sombreros, lo que supuso una mayor facilidad para los guardias a la hora de enviarles a las cámaras de gas porque en ningún momento sospechaban acerca de su destino, llegando al extremo de exclamar «¡Bravo, una ducha!», de dar propinas a los «Sonderkommando» e incluso cuando veían el gas sobre sus cabezas pensaban que se trataba de una avería técnica.

Hasta fines de octubre de 1943, habían sido exterminados en el campo 25.000 judíos de Eslovaquia. Las últimas víctimas, alrededor de 14.000, llegaron en septiembre de 1943 procedentes de los guetos de Vilna, Minsk y Lida.

Durante el año y medio de funcionamiento de Sobibor, hubo varios intentos de fuga de prisioneros. Algunos fueron exitosos, pero los nazis ejecutaron a muchos otros prisioneros como represalia.

En julio y agosto de 1943 los prisioneros organizaron un grupo clandestino liderado por Leon Feldhendler, que había sido el lider del Judenrat en Zolkiew. Su plan era organizar un levantamiento y una fuga masiva. A fines de septiembre llegaron al campo, desde Minsk, prisioneros de guerra soviéticos judíos. Entre ellos se encontraba el teniente Aleksandr Pechersky, que fue designado comandante del grupo clandestino, con Feldhendler como su segundo. El plan era matar a los soldados de las SS, apoderarse de sus armas y combatir hasta lograr salir del campo. La sublevación tuvo lugar el 14 de octubre de 1943. Los prisioneros mataron a 11 miembros de las SS y a numerosos ucranianos. Aproximadamente 300 lograron escapar, pero una gran parte de ellos fueron capturados y asesinados. También fueron exterminados los prisioneros que no habían tomado parte en la fuga. Alrededor de 50 prófugos sobrevivieron a la guerra.

El 17 de octubre de 1943, la sublevación hizo cambiar los planes. Los nazis arrasaron el campo, araron y sembraron el terreno, e instalaron allí un campamento de la guardia ucraniana.

En 1965 se realizó en Hagen, entonces Alemania Occidental, un juicio a 11 de los miembros de las SS que habían participado en la conducción de Sobibor. Uno de ellos fue condenado a cadena perpetua, cinco recibieron penas de entre tres y ocho años de prisión, cuatro fueron absueltos y uno se suicidó. El gobierno polaco convirtió a Sobibor en un sitio nacional de recordación.

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