Se aprobó proyecto de ley de Guidon Saar que impide a candidatos procesados acceder al cargo de Primer Ministro

La iniciativa del Ministro de Justicia, Guidon Saar, que quiere evitar que alguien en proceso de justicia sea candidato a Primer Ministro, evoca muchas emociones en la Knesset y entre los campos políticos opuestos. Aunque la propuesta circuló anoche (martes) como una propuesta de ley en espera de comentarios públicos en las próximas tres semanas, una cosa ya está clara: la ley estará sujeta a aprobación según a la voluntad del primer ministro Naftali Bennett.

Los diputados de la coalición, dijeron que tenían la impresión de que Saar tenía la intención de pelear por la propuesta y completar su aprobación final en la Knesset en tres lecturas en los próximos meses. Al mismo tiempo, está claro  que el tema es complejo, y Bennett aún no ha publicado su posición al respecto. En respuesta a las preguntas de la prensa, su oficina respondió que “el primer ministro deberá abordar el tema sólo después de que se apruebe el presupuesto y no antes”.

La complejidad de la propuesta radica en que a diferencia de otros proyectos de ley, esta propuesta no aparece en el acuerdo de coalición entre Bennett y el líder de Yesh Atid, Yair Lapid, tal como se presentó durante las negociaciones de la formación de gobierno. Esto significaría que un candidato contra el que está pendiente una acusación judicial,  no podrá postularse para la Knesset.

Algunos miembros de la Knesset de derecha, incluidos Ayelet Shaked y Nir Orbach, transmitieron mensajes de que se oponen a la propuesta. La coalición dice que en el plenario, la propuesta gana una amplia mayoría, pero se espera que surjan dificultades. Los miembros del partido árabe RAAM, están dispuestos a negociar el apoyo a la propuesta, pero no se comprometen a dar su apoyo automático o votar a favor.

Poco después de que se publicara el proyecto, el Ministro de Justicia Saar escribió en Twitter que “cuando la Knesset aprobó por unanimidad la ley para suspender a los alcaldes, elegidos directamente por el público, contra los cuales se presentó una acusación judicial, no hubo un solo diputado que afirmó que la ley era no democrática. El proyecto de ley que propuse establece una norma de valor importante. La oposición a la propuesta es personal. Y la negación de la autoridad de la Knesset para promulgar esta ley, es antidemocrática “.

Las críticas por parte de la oposición no se hicieron esperar. El Likud dijo que “Gideon Saar, que está alcanzando el mínimo del porcentaje para recibir asientos en la Knesset en todas las encuestas, está proponiendo una ley antidemocrática al estilo iraní que busca descalificar a quienes reciben 35 escaños en las urnas y cuenta con el apoyo de millones de ciudadanos”. El diputado Shlomo Qara dijo que “este gobierno está haciendo muchas cosas malas, pero es casi el clímax. El Ministro de Justicia, sin mandato, declara que la elección del pueblo estará sujeta a la decisión de un funcionario, por alto que sea, por corrupto que sea. El campo que arranca de raíz a la democracia, la pisotea hasta la médula y socava constantemente los cimientos de nuestro estado judío y democrático “.

El presidente del Partido Religioso Sionista, Bezalel Smotrich, también atacó la ley, diciendo: “El proyecto de ley es claramente antidemocrático. Confía en  la democracia israelí la decisión arbitraria de un funcionario no electo y otorga un poder no convencional en manos del defensor del pueblo frente a los funcionarios electos, más allá del poder excesivo que ya ha asumido para sí mismo”. “Saar lo sabe muy bien y lo ha dicho él mismo muchas veces. Su odio hacia Netanyahu arruina la línea y lo lleva a una frustración selectiva de la democracia israelí.” “Solo el pueblo decidirá quién lo dirigirá y encabezará el gobierno “.

Por otro lado, el viceprimer ministro Yair Lapid dijo que “el proyecto de ley es casi evidente por sí mismo. No puede haber acusaciones para el conductor, el guardia de seguridad, el personal médico y los trabajadores domésticos del primer ministro, pero el primer ministro tendrá acusaciones”. Un acusado criminal no puede ser Primer Ministro en un país reformado. “El ejemplo personal, la pureza moral y la integridad son piedras angulares del liderazgo”.

Mientras tanto, los enfrentamientos dentro de la coalición continúan principalmente en la Knesset. En la votación del plenario cada decisión sigue siendo una guerra. La mayoría de los problemas se concentran en las promesas hechas al Primer Ministro y hasta ahora no se han cumplido, tanto en materia de presupuestos como en materia de legislación estancada.

Por ejemplo, ayer el diputado Walid Taha amenazó con crear una crisis en la coalición si su proyecto de ley que busca conectar hogares a la electricidad en localidades árabes  no se aprueba. Según él, este es un problema agudo que, mientras no se aborde, muchos residentes se conectan a la electricidad de manera pirateada, lo que provoca cortocircuitos, incendios y representa un peligro para la gente. En la coalición se culpó a la ministra del Interior Ayelet Shaked de retrasar el tema, pero hacia las horas de la tarde, parece que se ha encontrado una solución y se adelantará la propuesta.

Sivan Gobrin desde Israel

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