Por el Prof. León Trahtemberg
El uso de las redes sociales por parte de los adolescentes aumentó durante la pandemia porque dependen en gran medida de sus compañeros para definir su sentido de identidad. El bloqueo social presencial de la pandemia ha hecho que muchos se refugien en Youtube, Discord, Instagram, Snapchat y TikTok.
¿Cuáles son los aspectos positivos? Conexión, creatividad, humor, información. Mantenerse conectado con las personas que forman parte de su vida. Es un espacio increíble para la expresión artística y compartir tu creatividad, para reír, inspirar, aprender algo nuevo todos los días. Entre los encuestados por el Pew Center se encontró que las redes sociales los hacen sentir incluidos (71%), confiados (69%), auténticos (64%) y extrovertidos (61%). En ese sentido las redes de apoyo social durante la pandemia afectaron positivamente la salud mental y la resiliencia, ofreciendo un sentido de aceptación y pertenencia, conectando a los jóvenes con comunidades de apoyo y compañeros de ideas afines. Esto ha podido ser particularmente importante para los jóvenes LQBTQ + que pueden sentirse aislados e incomprendidos en sus hogares y comunidades.
Los adolescentes pueden explorar diferentes proyecciones de sí mismos, aprender sobre el mundo, acceder a diferentes puntos de vista, aprender nuevas habilidades, compartir trabajo artístico y creativo, transmitir sus opiniones y participar en el compromiso cívico y el activismo, por nombrar algunos. Y, por supuesto, las redes sociales son una fuente popular de entretenimiento. ¿Por qué los atracones de Netflix, navegar por la web o pasar un día viendo deportes son más aceptables que unas pocas horas desplazándose sin pensar en Instagram o TikTok?, preguntan los autores.
Las redes sociales son un nuevo dominio en el que los adolescentes representan la turbulenta transición a la edad adulta. En lugar de enfrentar los desafíos con sobreprotección y prohibición, es preferible que los adultos preparen a los jóvenes para las realidades del mundo que les espera, comprender el ecosistema de la información, analizar y evaluar el contenido de los medios, ya sea con imágenes de las redes sociales o informes de noticias para obtener credibilidad. Así mismo, comprender la forma en que fluye la información, la forma en que funcionan los algoritmos, las estructuras de poder de las empresas de tecnología, las técnicas persuasivas de los anuncios, la cultura de los influencers, la cultura de cancelación, etc., lo cual les da a los adolescentes las herramientas que necesitan para darle sentido al mundo que los rodea.
En suma, si bien hay muchas alertas a los efectos nocivos del consumo de las redes sociales, vale la pena echar una mirada a la infinidad de beneficios que también se pueden obtener de ellos. Como de costumbre, todo depende de quién, cuánto tiempo y cómo lo hace.