Los hermanos Faur hijos de argentinos ganan concurso en la TV israelí

Los hermanos, Noa y Tomer Faur acaban de ganar un concurso en un programa de la televisión muy popular en Israel, por el que recibirán un premio de 40 mil shekels, algo así como 12 mil dólares. Estos simpáticos jóvenes viven en Jerusalem y estudian en la universidad de Tel Aviv, Noa en su primer año de Educación con orientación a la Literatura e Historia, y Tomer cursa el tercer año en ciencias Políticas y Comunicación.

Toda la familia Faur está vinculada con la Educación; los hermanos se dedicaron a enseñar en el Ejército y sus padres, argentinos, lo hicieron como shlijim en el Uruguay. La familia viaja cada tanto a la Argentina para visitar a su gran familia que reside en el país.

Tomer cuenta que fue él quien tuvo la iniciativa de presentarse en el programa “No tiren el millón”, una trivia que consiste en ocho a diez preguntas que deben responder. Para cada pregunta, que tiene opciones, se coloca parte de ese millón y depende de contestar correctamente o no, que esa suma con la que comenzó el juego se conserve o vaya descendiendo.

Los temas de la trivia son sumamente diversos: “De qué tema no preguntan”, dice Noa. “Van desde nombres de cantantes, libros, historia, fantasías, hasta colores de banderas.
Los hermanos Faur están felices de haber trabajado juntos, “en equipo” y de haberse complementado muy bien, de acuerdo con los temas que cada uno de ellos conoce mejor.

Aún no recibieron los 40 mil shekels (a los que le falta una deducción de impuestos), por lo que todavía no han decidido en qué lo van a utilizar. “Tal vez un viaje a la Argentina sería una buena opción”, piensan.
Noa y Tomer “israelíes de pura cepa” y con estrechos vínculos con Latinoamérica, definen a su país como un lugar especial, lleno de historia, de vistas hermosas, de naturaleza, lugar en el que se puede proyectar a futuro, con las ventajas y desventajas como puede haber en cualquier lugar del mundo. “Yo lo recomiendo” dice orgulloso Tomer.

Noa adhiere a lo expresado por su hermano, pero opina que estar obligado a hacer el ejército es una cuestión compleja que altera la vida social. “Pero es la vida que tenemos, queremos mucho a nuestro país y nos gusta vivir aquí”.

“También podemos salir y aparecer en un programa de televisión”, culminan entre risas.

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