Julio Bárbaro, ex diputado nacional y ex funcionario de los gobiernos de Menem, y de Cristina y Néstor Kirchner, comparte en Radio Jai su perspectiva sobre las elecciones legislativas del 14 de noviembre.
El entrevistado critica fuertemente la falta de política de calidad, siendo la preocupación de los políticos conseguir poder, en lugar de conseguir una mejoría en la situación del país. Aquello lo ve evidenciado en el hecho de que todos los candidatos encontraron motivos para festejar tras la publicación de los resultados del escrutinio dado a que “participar de la clase de los poderosos es exitoso en cualquier situación”.
Así mismo, afirma que hubo carencia de candidatos que demostraran pericia: “Yo no escuche a nadie con sabiduría en estas elecciones, hubo expresiones de soberbia, de triunfalismo, pero [no] de sabiduría”. Tal falta se vería demostrada, según Bárbaro, por la falta de políticos con capacidad de transcender, de “tener una conducta y una voluntad de entrega al resto de la sociedad”. “Ni vocación, ni voluntad” sintetiza.
“El hecho central es que la Argentina es un país sin rumbo, es un país que se empobrece, solo genera deuda y pobreza”, define. Problemática que se ve reflejada en el hecho de que “en proporción [a la población y a la riqueza] somo el país con más fuga de capitales del mundo”.
Por otro lado, coincide con Milei acerca de la existencia de una clase política, sindical y empresaria, inconexa de la realidad de la sociedad y preocupada únicamente por la acumulación de poder. Las consecuencias de ello podrían observarse en el 30% de la población que decidió no acercarse a votar a pesar de las grandes campañas llamando a la población a las urnas. Bárbaro explica que la baja participación es consecuencia de las grandes desigualdades existentes en el país: “Para el que gana poco en la Argentina votar es un fenómeno secundario, gane Cristina o gane Macri él va a seguir hundiéndose”.
Por último, Julio Bárbaro analiza cómo pudo el oficialismo conseguir un caudal tan alto de votos, a pesar de la creciente inseguridad, y la administración desastrosa de la pandemia, que condujo al aislamiento más largo del mundo y aún así a más de 116 mil muertos. “Para lo mal que gobiernan, tendrían que haber perdido por cuarenta puntos” afirma, sin embargo, sostiene que la culpa debe buscarse en la oposición: “Los votos que Cristina tira, Macri se los devuelve”. Para la población, la oposición no representaría una verdadera alternativa frente al oficialismo, teniendo que “optar entre el fracaso que pasó y el fracaso que vivimos, entre el actual y entre el anterior”, en lugar de entre dos propuestas coherentes de país.
Redacción gentileza de Tomás Polakoff