La neurobióloga italiana Rita Levi-Montalcini, nacida el 22 de abril de 1909, obtuvo el premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1986. Cursó sus estudios en su ciudad natal, Turín, en la que se graduó en 1936 en medicina y cirugía con el grado de summa cum laude.
En los siguientes tres años se especializó en neurología y psiquiatría, pero en 1943 fue expulsada de la Universidad de Turín a consecuencia de las leyes antisemitas; entonces se trasladó a Florencia y vivió allí clandestinamente, a la vez que montó una pequeña unidad de investigación en su propia casa, ayudada por algunos colegas. En 1945, al terminar la Segunda Guerra Mundial, regresó a Turín con su familia y volvió a recuperar su posición académica.
En 1947 fue invitada por el bioquímico y zoólogo Viktor Hamburger, por lo cual se dirigió a la Universidad Washington de Saint Louis, para investigar los factores de crecimiento del tejido nervioso en el embrión de pollo. Los resultados del trabajo fueron tan positivos que Levi-Montalcini tuvo que posponer su regreso a Italia y permaneció en Estados Unidos hasta 1969. Simultáneamente conoció y colaboró con Stanley Cohen, con quien descubrió la existencia de un factor de crecimiento nervioso (NFG), una molécula necesaria para el crecimiento y el desarrollo del sistema nervioso sensorial y simpático de los vertebrados.
Por este descubrimiento en 1986 fue galardonada, junto a Cohen, con el premio Nobel de Fisiología y Medicina. Ese mismo año había conseguido, también junto a Stanley Cohen, el premio Lasker de Investigación Médica Básica. Sus hallazgos fueron fundamentales para comprender los mecanismos de control que regulan el crecimiento de las células y los tejidos, permitiendo, a su vez, un mayor entendimiento de las causas de ciertos procesos patógenos como los defectos hereditarios y las mutaciones degenerativas.
Para validar su trabajo trasplantó células tumorales de ratón a embriones de pollo y demostró que éstas inducían el desarrollo de los nervios simpáticos. Levi-Montalcini observó que el tumor causaba un crecimiento celular similar al que tenía lugar en cultivos de tejido nervioso vivo en el laboratorio. Posteriormente, Stanley Cohen aisló este factor de crecimiento y demostró su naturaleza proteínica.
En 1956 asumió como profesora asociada y en 1958 era ya profesora titular de la Universidad de Saint Louis, cargo que ocupó hasta su jubilación en 1977.
En 1962 creó una unidad de investigación en Roma y desde 1969 hasta 1978 dirigió el Instituto de Biología Celular del Consejo Nacional Italiano de Investigación, en Roma.
Todos los que eligen la ciencia como profesión saben que no escogieron el rumbo más fácil, sobre todo en sus comienzos. Sin embargo, los investigadores que se sientan tentados de rendirse ante la adversidad tienen un modelo en el que inspirarse: la neurocientífica italiana Rita Levi-Montalcini que construyó su carrera a través de una guerra mundial y superando lo que en su país y época eran dos obstáculos monumentales, ser mujer y judía. Ella, además de triunfar ganó un Nobel.
Levi-Montalcini contó con opciones más cómodas para desarrollar su vida, pues le hubiese bastado aceptar el destino que su padre, el ingeniero eléctrico y matemático Adamo Levi, ya había diseñado para ella y sus dos hermanas. Era una familia sumamente tradicional, describió Rita. Su madre, la pintora Adele Montalcini, vivía sometida a su marido. A Rita y a sus hermanas no se les facilitó el acceso a la Universidad, ya que esto podía interferir en su futuro papel como esposas y madres, pues para una familia culta y acomodada de Turín, no faltarían los pretendientes.
Pero ya a una pronta edad, Rita decidió que el papel de esposa complaciente no era lo que ansiaba para su vida. Tras algunas dudas optó por la medicina. Salvadas las reticencias de su padre y sus propias lagunas académicas, ingresó en la Universidad de Turín, donde compartió bancos con los futuros premios Nobel Salvatore Luria y Renato Dulbecco. Los tres fueron discípulos de una figura que sería esencial en la trayectoria de Levi-Montalcini, el neurohistólogo Giuseppe Levi. Después de graduarse con honores en 1936, Rita permaneció como investigadora a cargo de su mentor, iniciando sus estudios en el desarrollo del sistema nervioso en el embrión de pollo.
Pero como la de tantas otras personas en aquella época, la vida de Levi-Montalcini iba a entretejerse con las turbulencias políticas de Europa. En 1939, las nuevas leyes contra los judíos impuestas por Benito Mussolini, obligaron a Rita a dejar su puesto en la universidad y trasladar sus experimentos a su dormitorio, en el cual montó un laboratorio con su microscopio y algunos utensilios caseros adaptados, como agujas de coser y pinzas de relojero. Rita procedía, por la rama paterna, de una familia judía sefardí cuyas raíces estaban documentadas hasta el Imperio Romano. Se encontraba, pues, en la mirilla de «Il manifesto della Razza» de Mussolini, y de las leyes derivadas del mismo que negaban a los judíos, entre otras cosas, el acceso a puestos de investigación.
En los años siguientes, Levi-Montalcini sintió la presión del avance nazi. En la primavera de 1940 regresó a Turín desde Bruselas poco antes de la invasión alemana de Bélgica. Tras la alianza entre Mussolini y Hitler, en 1941 las bombas aliadas comenzaban a caer sobre Turín, lo que obligó a los Levi-Montalcini a mudarse a su casa de campo. Allí Rita se llevó sus “herramientas”. Para conseguir material de investigación, visitaba a los granjeros locales y les pedía huevos fecundados para alimentar a sus hijos (que no tenía). En 1943 y ante el avance de las tropas nazis, la familia se vio obligada una vez más a huir hacia el sur, donde Rita rehizo su laboratorio en un sótano de Florencia.
Tras la guerra ejerció cargos políticos, siempre honoríficos: en 2001 fue nombrada senadora vitalicia por el Presidente de la República Italiana Carlo Azeglio Ciampi.
El 22 de abril de 2009 se convirtió en la primera persona premiada con un Nobel en alcanzar los 100 años de edad.
Rita Levi Montalcini falleció el 30 de diciembre de 2012. Su legado, el descubrimiento del factor de crecimiento nervioso, brindó a otros investigadores una nueva forma de comprender la enfermedad de Alzheimer (degeneración de las neuronas), los cánceres (trastornos del crecimiento neural) y sin duda, creó nuevos caminos para desarrollar terapias innovadoras…
Rita Levi Montalcini dixit:
“El cerebro tiene dos hemisferios, uno arcaico que gobierna nuestros instintos y emociones y otro más joven en el que reside nuestra capacidad de razonar. Hoy el arcaico domina y es la causa de todas las tragedias que ocurren, como el Holocausto.” “Debería agradecer a Mussolini haberme declarado raza inferior, ya que esta situación de extrema dificultad y sufrimiento, me empujó a esforzarme todavía más.” “El cerebro nunca debe jubilarse, sino trabajar noche y día, porque a cierta edad -como la mía- ya no es necesario dormir, es una pérdida de tiempo.” “El cuerpo se me arruga, es inevitable, ¡pero no el cerebro¡”
“A los cien, mi mente es superior, gracias a la experiencia, que cuando tenía 20 años.” “En lugar de añadir años a la vida, es mejor añadir vida a los años.” “No temas a las dificultades: lo mejor surge de ellas.” “La creatividad del Homo sapiens se expresa a veces elaborando ingenios mecánicos simples y perfectos, que no requieren modificaciones, y otras veces con herramientas más complejas, toscas e imperfectas que, por su propia imperfección, se prestan a ser reestructuradas.”
Dr. Mario Burman, para Radio Jai