El abogado Yamil Santoro denunció, en el día de ayer jueves, junto a dirigentes de su agrupación política Republicanos Unidos, lo que define como “hecho bochornoso” que tuvo lugar en la reasunción del dictador nicaragüense Daniel Ortega, en donde la delegación argentina “se codeó con uno de los autores intelectuales del atentado a la Amia”, (Mohsen Rezai), y que, en lugar de pedir formalmente su captura, accionar legalmente como corresponde para que se aprenda a este responsable y se lo traiga a la Argentina para dar las explicaciones respecto del atentado, lo que hicieron fue compartir un cocktail, disfrutando de un momento verdaderamente patético; y, por partida doble, la Argentina formando parte de la asunción de un dictador junto a personas que realizaron actos terroristas en nuestro país. En virtud a ello, han formulado la denuncia contra el canciller Santiago Cafiero y contra el embajador argentino en Nicaragua, Daniel Capitanich. Ahora espera a que la Justicia actúe, le pida a los funcionarios las explicaciones del caso.
Santoro considera muy importante que todas las instituciones comunitarias reclamen, sin importar el color político, que cuantos más reclamos se sumen, más personas vayan a la Justicia, exigiendo que nuestros representantes institucionales actúen acorde a las leyes argentinas, vamos a lograr tener un mejor país.
Daniel Capitanich sabía seguramente que Rezai iba a estar presente, pero aun de no saberlo, hay muchas maneras de actuar contra una persona que está sindicada por la Justicia de tu propio país por un atentado en suelo argentino. “El accionar de la Argentina ha dejado mucho que desear”, afirmó. Y por ello consideraron apropiado exigirle a la Justicia que investigue y que requiera explicaciones a los funcionarios los motivos de esa omisión, porque allí concurren varios delitos, como el incumplimiento de los deberes de funcionario público y el de ayudar a eludir la justicia a una persona que esté investigada o condenada. Y en este caso las autoridades del gobierno nacional contaban con las herramientas jurídicas y diplomáticas para, por lo menos, hacer valer el reclamo de la Argentina, para detener, más que fuera provisoriamente, a estos sujetos.
Y mencionó un punto más. Dijo que cuando la Cancillería advirtió lo que el tema había generado en la opinión pública, lo que hizo fue sacar un comunicado de repudio, lo que muestra a las claras que contaban con la lista de asistentes al acto de asunción, y que no había sido un tema de “mala praxis” con lo que intentaron justificarse. “Eso sigue agregando patetismo, a un gobierno que sigue haciendo las cosas mal y no tiene la entereza de hacerse cargo de las decisiones que toma”.
Gentileza de Cita Litvak