La presencia y estadía del vicepresidente de asuntos económicos de Irán, Mohsen Rezai en la asunción de Ortega, causó la reacción de la comunidad judía en la Argentina, del Estado de Israel y superficialmente del gobierno argentino. Rezai es uno de los imputados por la justicia Argentina como autor intelectual por el atentado de 1994 contra la mutual judía amia de Buenos Aires.
Afirmó que Irán apoyara al gobierno de Daniel Ortega ante las presiones que enfrenta por parte de Estados Unidos. “Nosotros tenemos toda la disposición de colaborar y cooperar para que podamos vencer al imperialismo norteamericano” aseguro Rezai en Managua donde junto a su delegación sostuvo un encuentro el jueves 13 de enero con Ortega su esposa, la vicepresidenta designada Rosario Murillo.
“Cuando nos dimos cuenta que Estados Unidos ha empezado una amenaza contra ustedes sentimos una obligación de venir y declarar que Irán está con Nicaragua” y “los buenos amigos tienen que acompañar se en condiciones como éstas”. Nosotros hemos venido aquí para decirle a usted señor presidente y a usted señora vicepresidenta, al pueblo de Nicaragua, que el pueblo y gobierno de Irán están con ustedes, estamos juntos en este camino afirmó Rezai con auxilio de un traductor durante una reunión con Ortega.
El 9 de enero fue la toma de posesión de Ortega, quién el 10 de enero consumó el inicio de un cuarto mandato consecutivo en medio del aislamiento internacional .Estados Unidos y la Unión Europea sancionaron a funcionarios orteguistas y reafirmaron su postura de rechazo al resultado electoral del pasado 7 de noviembre de 2021 por considerar que esas elecciones carecieron de legitimidad y no fueron democráticas.
El régimen de Ortega activó a su acercamiento con el presidente de Irán.Ortega sostuvo una importante comunicación vía telefónica donde ambos regímenes que poseen coincidencias ideológicas se comprometieron a fortalecer sus lazos de hermandad y unidad para hacerle frente a Estados Unidos a quién calificaron como el imperialismo depredador.
El alineamiento con Irán se dio a tan solo 20 días de que régimen orteguista decidiera romper relaciones diplomáticas con Taiwán nación que por años le inyectó cuantiosos desembolsos a Nicaragua para reanudar sus vínculos con China continental, otra potencia que está en contra de Washington y su política. No es nuevo de hecho, que Ortega por años se ha destacado como uno de los principales aliados de Teherán en Latinoamérica.
El incremento en el intercambio económico, en salud, en formación académica de especialistas en todos los rubros, cooperación energética e inversiones con la República islámica de Irán son el objetivo de Ortega.
Vale recordar que el iraní Rezai con alerta Roja de la Interpol era el comandante de la guardia Revolucionaria de Irán cuando una bomba hizo explotar la asociación mutualista Argentina AMIA, el 18 de julio de 1994, y es buscado por la policía internacional que tiene vigente una circular Roja en su contra por el homicidio agravado de las 85 personas y en su ficha de la Interpol señala al iraní como autor de homicidio calificado doblemente agravado por haber sido cometido por odio racial o religioso y por ser un medio idóneo para causar un peligro común en perjuicio de 85 víctimas fatales en concurso ideal con lesiones leves y lesiones graves calificadas en forma reiterada y daños múltiples agravados por haber sido cometidos por odio racial o religioso.
La delegación de Irán en Nicaragua estuvo encabezada por el imputado y lo acompañaron como miembros de su misión, Anna Sarelly, asesor del canciller y director general para América de la cancillería, un asesor del vicepresidente de asuntos económicos y encargados del protocolo persa.