Macron y Ucrania

Por Ricardo López Göttig

En los últimos diez días, el presidente francés Emmanuel Macron tuvo un fuerte protagonismo en las negociaciones en torno al presente y futuro de Ucrania, ante la posible ocupación de su territorio por fuerzas militares rusas. Tras fallidas y largas reuniones sin resultado entre diplomáticos de Rusia y Estados Unidos, ante la negativa de dejar por escrito una garantía de que Ucrania jamás formará parte de la OTAN por parte del presidente Biden, recobró fuerza el “formato Normandía”, en el que participan los gobiernos de Francia, Rusia, Ucrania y la República Federal Alemana.

En este contexto es que el presidente galo viajó a Moscú para encontrarse con su par Vladímir Putin, en esa curiosa escenografía de extremo distanciamiento social con una mesa de varios metros, en la que conversaron durante cinco horas. Luego, Macron viajó a Kiev para hablar con Volodymir Zelenski, primer mandatario ucraniano, y luego a Berlín para dar cuenta de lo conversado con el canciller germano Olaf Scholz. Si bien Putin no considera a Macron un interlocutor válido en la cuestión ucraniana, ya que Francia no es la voz cantante en el seno de la OTAN, lo cierto es que es el presidente de un país que pertenece a la alianza atlántica y a la Unión Europea, tiene un sitial permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, armamento nuclear y una fuerza militar considerable, con despliegue en distintos escenarios del planeta. Por otro lado, Macron es en gran medida un heredero del gaullismo, que se preciaba por su política exterior independiente respecto a Estados Unidos durante la guerra fría, aun cuando se mantenía en la estructura de la OTAN. El presidente francés precisaba protagonismo internacional, también, de cara a las elecciones de abril de este año, en las que se juega su reelección. Es posible que Putin utilice la vía francesa, ante las tensiones que hubo hace pocos meses atrás en torno a la conformación del AUKUS en el Indo-Pacífico, cuando el gobierno australiano dejó a un lado la compra de doce submarinos a una empresa gala.

De acuerdo a lo expresado por Macron, el presidente ruso se comprometió a retirar fuerzas militares que están ubicadas en Bielorrusia, hecho que se viene registrando desde 2020. Este sería un primer paso para descomprimir la presencia amenazante de tropas rusas en torno a la frontera ucraniana, y posiblemente haya otros compromisos que se mantienen bajo secreto y que se irán cumpliendo con el transcurso de los meses, si es que cada una de las partes accede a lo negociado. Claramente, ninguna de las partes demostrará la menor señal de debilidad, y de allí las declaraciones altisonantes de Vladímir Putin recordando que su país posee un arsenal atómico capaz de borrar a Europa. Mientras tanto, la opción de la “finlandización” (una neutralidad impuesta por Rusia a su vecino) no seduce a nadie, pero quizás sea una opción para los próximos quince o veinte años. El mundo sigue en vilo, aunque con unos días de respiro.

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