Las consecuencias económicas de la guerra

La invasión de Rusia a Ucrania que ya ha provocado muertes y destrucción, como toda guerra, trae consecuencias económicas. Ya han comenzado a producirse aumentos en los commodities, hay preocupación por el suministro de combustible, y la inflación creciente  ya es un problema a nivel global.

Danny Saltzman dialogó para Radio Jai con el periodista económico Martín Kanenguiser, quien brindó un amplio análisis sobre este tema:

“Ya veníamos con un problema de inflación global, a raíz de la pandemia, ya que el corte de suministros de muchos productos, fundamentales para la oferta general, hizo que hubiera subas de precios”, explicó.

Estados Unidos tiene la mayor inflación de los últimos cuarenta años, con un 7% y a eso, se agregó esta guerra, que va a agravar una falta de oferta en el tema de la energía, por eso surge el dilema que tiene sobre todo Europa, pero también Estados Unidos, respecto de avanzar más con las sanciones energéticas.  Eso es en términos de cortar el petróleo y el gas de Rusia, que significa para Europa occidental más del 50 % del suministro de fluido, una dependencia que ha venido creciendo en los últimos años. Esto lleva a un replanteo, y ver en primera medida, por qué ocurrió. Según su opinión, la razón principal fue que Alemania y otros países dejaron de utilizar la energía nuclear pensando en temas ambientales, y no hubo una planificación sobre lo que podría ocurrir frente a  una guerra con Rusia. “La encrucijada que tienen hoy es que, si cortan literalmente la canilla de la energía rusa, el próximo invierno podrían tener varios problemas”.

Acerca de cómo será el papel de Occidente en este conflicto si esto se prolongara en el tiempo, si habrá cambios de posturas, el periodista señaló que justamente hace unos días, Estados Unidos se acercó a Venezuela con la intención de abrirle una vía de una mayor oferta de crudo venezolano, para empezar a importar combustible, y con ello, aumentar la oferta para bajar los precios.  “Es interesante, porque sabemos que Estados Unidos ha tenido sanciones justificadas contra el régimen de Maduro y, sin embargo, estamos viendo ahora una acción de diálogo en la que se está pensando este corredor energético de Venezuela a Estados Unidos”.

“Los países responden a principios, pero también a sus necesidades”. Lo mismo le ocurre a Israel, que tiene problemas de Seguridad, y por lo tanto tiene que hacer un equilibrio entre las partes. Destacó el especialista que es interesante ver cómo el equilibrio en el caso de Israel se transforma en un liderazgo positivo global con la mediación que intentó hacer el primer ministro Bennett el fin de semana.

Respecto de la negociación que habría para un retorno al acuerdo nuclear con Irán, en caso de falta o una suba importante del petróleo, acordar con el país persa, le significaría a Occidente recuperar las cantidades de barriles que Irán provee al mundo y que haría bajar los precios, lo que beneficiaría a Europa o Estados Unidos, pero no a Israel,  Kanenguiser respondió que ahí se vuelven a desalinear los objetivos tanto de Estados Unidos como de Israel una vez más, los que ya estaban desalineados por otras cuestiones.

“Lo que menos quieren los países democráticos es tener una mayor inflación a la que ya tenían por el tema de la pandemia”.

Para el analista, en esas sociedades en las que se vota libremente- a diferencia de China, Rusia y otros países autocráticos- la inflación es un problema importante; por lo cual hay que llegar a un medio término, que implica, por ejemplo, ponerse a negociar con Irán. En estos últimos días, se ha escuchado de un interés muy grande que tendría Estados Unidos por negociar con Arabia Saudita para la provisión de barriles.

Sobre el impacto que puede ocasionar esta situación en la Argentina, en medio de este escenario inflacionario, sobre el que muchos economistas pronostican que llegará al 62% este año, va a haber una devaluación, y van a subir las tarifas de los servicios públicos, se agrega la guerra, y, específicamente, lo que más nos perjudica es la provisión de energía. “Se da la situación paradójica que Argentina tiene el potencial desde hace muchos años de Vaca Muerta, y a la vez tiene que importar combustible, sobre todo gas, un problema para el gobierno en el próximo invierno cuando deberá importar gas a un precio más elevado”, lamentó.

Sumado a todo esto, por el acuerdo con el Fondo, Argentina se había comprometido a reducir el déficit fiscal, lo que implica reducir los subsidios; y ahora, por la guerra, tendrán que gastar más dólares o subsidios a raíz del aumento de la energía internacional.

“Otra vez hablamos de un dilema -externo en este caso- que afronta el gobierno en un momento duro, un estado sin reservas, con bajo crecimiento y con alta inflación”, concluyó Martín Kanenguiser.

Redacción gentileza de Cita Litvak

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