Por Eduardo Kohn
Los tres ataques terroristas en los últimos ocho días que han asesinado a once ciudadanos israelíes en distintas ciudades del país, han disparado duras réplicas políticas dentro y fuera de Israel y han planteado interrogantes si se está ante una intifada o un conjunto de ataques masivos concertados entre Hamas y otros grupos terroristas. Hasta ayer, las investigaciones están demostrando que aun cuando hubo celebraciones palestinas festejando la muerte de civiles israelíes, no hay pruebas claras que ISIS (que se auto adjudicó los dos primeros atentados) estuviera conectado con los que se adjudicaron la matanza de este martes en Bnei Brak.
Lo que sí hay, son contextos. Y los contextos son muy claros. De acuerdo con un trabajo publicado en Jerusalem Post hace ya varios días, encuestas realizadas en ciudades palestinas demuestran conclusiones que explican, entre otras cosas, por qué se celebra con efusividad que un terrorista acuchille a un israelí que está comiendo falafel en un bar de una ciudad. La encuesta realizada por el Centro Palestino de Investigaciones Políticas a mediados de marzo muestra muchas cifras contundentes. Para no abrumar con números, veamos sólo algunos.
Si hoy hubiera elecciones palestinas, Ismail Hanyeh, líder de Hamas ganaría la presidencia por 58%, mientras Mahmoud Abbas obtendría el 38%. El único que puede derrotar a Hanyeh serían el múltiple asesino Marwan Barghouti (condenado a prisión perpetua) quien tendría 59% contra 37% de Hanyeh, y Abbas ni quedaría en carrera. 73% de los encuestados están a favor que Abbas renuncie y se vaya. 60% apoya que Abbas suspenda todo reconocimiento y cooperación en seguridad con Israel. 60% no cree en la solución de dos estados y 68% no cree que haya ningún acuerdo con Israel en el próximo quinquenio. Respecto a cómo tratar con Israel,44% apoya la lucha armada;25 % negociaciones;24% resistencia popular.
Por último, y nada sorprendente,84% considera que las instituciones de la Autoridad Palestina son corruptas, y casi la misma cifra sostiene que los palestinos deben permanecer neutrales ante la invasión de Rusia a Ucrania.