Derrotas de Putin

Por Ricardo López Göttig
Vladímir Putin está teniendo dos derrotas severas y de largo plazo en su política exterior, con las candidaturas de los gobiernos de Suecia y Finlandia para incorporarse a la OTAN, la alianza atlántica formada al calor de la guerra fría en 1949. Si la invasión a Ucrania fue para impedir la suma de ese país a la OTAN, a fin de poner obstáculos a que haya más países limítrofes de Rusia que se plieguen a esa alianza militar, el resultado es negativo respecto a estos dos países nórdicos que, hasta ahora, se mantenían cómodos en la neutralidad. “Finlandización” era el término que describía a un país neutral en el contexto de la guerra fría, manteniendo buenas relaciones con el poderoso vecino. “Finlandización”, hoy, puede estar mutando rápidamente en su significado.

Ambas naciones, además, tienen costas en el Mar Báltico y son miembros del Consejo Ártico. El Báltico pasa a ser, de este modo, un lago de la OTAN, salvo las costas rusas, entorpeciendo aún más la maniobrabilidad de su Armada. Se desvanece el viejo anhelo del zar Pedro el Grande y su ciudad capital, San Petersburgo, como puente hacia la Europa de la modernidad y la Ilustración. En el océano Ártico, de enorme importancia geopolítica y económica, Rusia pasa a ser el único país que no es miembro de la OTAN con costas en esas gélidas aguas, que se están transformando en un canal de comunicación comercial. Tanto Estados Unidos como Gran Bretaña se apresuraron en transmitir que respaldarán militarmente a esos países nórdicos mientras no integren la OTAN, y quedaría como único óbice el rechazo del gobierno de Erdogan, en Turquía, quizás como una herramienta de negociación para acelerar su membresía en la Unión Europea.

Lo llamativo es que Vladímir Putin está bajando la importancia de estas incorporaciones a la OTAN, a diferencia de las advertencias atómicas que hizo pocas semanas atrás. La invasión a Ucrania se encuentra estancada, con un desgaste en la opinión pública internacional y un gran costo económico. El desenlace de este conflicto bélico está abierto y, por ahora, inesperado.

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