Por José I. Rodriguez
El Día de Jerusalén junto con la Marcha de las Banderas es interpretado por algunos cómo provocación, pero ¿No será más bien un acto de soberanía nacional?
Las continuas amenazas de Hamás, Jordania, Irán, Hezbolá y en general del mundo árabe con algunas estratégicas excepciones son la tónica en estos días previos a la mencionada Marcha de las Banderas en Jerusalén. Las autoridades israelíes están preparadas para todo tipo de contingencia con la incorporación de miles de oficiales que controlen cualquier brote de violencia o altercados contra los manifestantes que ondean la bandera de Israel ¿Quiénes están provocando los que ondean banderas o quienes lanzan cohetes contra los civiles de Israel? La provocación viene de parte de los terroristas de Hamás que están amenazando con lanzar cohetes contra Israel.
Las Fuerzas de Defensa de Israel han reforzado las defensas aéreas cerca de la capital Jerusalén ante el más que previsible lanzamiento de cohetes sobre la Marcha de las Banderas como hicieron los terroristas el año pasado ¿Qué consecuencias tuvo para los terroristas de Hamás el lanzamiento de cohetes? No tuvieron que ser muy duras ya que este año insisten con las mismas amenazas. La conocida como Cúpula de Hierro ha sido desplegada en lugares no revelados como es evidente para contrarrestar cualquier indicio de lanzamiento de cohetes. La alerta terrorista está en un nivel alto, aunque los preparativos defensivos a nivel humano, técnico y militar indican que Israel está dispuesta a celebrar la Marcha de las Banderas por muchas amenazas que reciba.
Todos los grupos terroristas amenazan con una respuesta conjunta, léase ataques indiscriminados, ante la que ellos definen como provocación. La verdadera provocación es que Israel tenga que soportar las continuas amenazas contra su soberanía, contra sus fuerzas defensivas y contra sus ciudadanos que viven bajo los constantes atentados de acuchillamientos, cohetes, bombas, linchamientos y asesinatos. La respuesta de Israel debe ser contundente contra los terroristas y los que los apoyan. La respuesta debe ser proporcional, pero sin limitaciones geográficas o de cualquier otra consideración y totalmente eficiente dando de baja a los líderes terroristas tanto como para que los que quedan no vuelvan a pensar en atentar contra Israel.
La humillación a la que está sometida la Coalición de Gobierno en Israel por sus políticas progresistas junto a sus socios de la Lista Conjunta Árabe está permitiendo empoderar a los terroristas que ven como la respuesta del ejecutivo es tibia, timorata e ineficiente para el terrorismo islamista. La Coalición del Agua y el Aceite no puede hacer frente a los enemigos de Israel mientras no entienda que el enemigo lo tiene dentro del gobierno. Cada paso que da el ejecutivo israelí en la defensa de la soberanía de Israel y especialmente en cuanto se refiere a su capital Jerusalén está totalmente condicionado al arbitrio de sus socios de gobierno.
La amenaza del terrorismo islamista junto a las amenazas del gobierno norteamericano de igual corte progresista con claros sesgos antijudíos y que también puja en contra de la Marcha de las Banderas es una advertencia para Israel de una clara cesión de soberanía a los intereses destructivos de sus enemigos y supuestos aliados.
La Marcha de las Banderas es la manifestación anual de soberanía de Israel más importante en su Capital Indivisible Jerusalén. Todo lo que sea ceder soberanía a los enemigos externos e internos de Israel seguirá produciendo un continuo goteo de sangre judía y el mantenimiento de las fronteras internas que han levantado Jordania y Hamás en el Monte del Templo. La Marcha de las Banderas en Jerusalén bajo soberanía de Israel es un esfuerzo más por reunificar moral y espiritualmente al conjunto de la nación israelí. Una marcha que se debe celebrar para dar honor a los que cayeron defendiendo la reunificación de Jerusalén en aquellos días de 1967 durante la guerra de los Seis Días. Qué nunca se olvide la historia y que nunca volvamos a repetirla a menos que sea para levantar la bandera de Israel en lo alto del Monte del Templo y completar así la total reunificación de Jerusalén. Hazlo saber.